Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 7

I Know It's Over - The Smiths

I know it's over, still I cling
I don't know where else I can go

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Las mañanas de Roseanne eran sencillas, normalmente su día comenzaba a eso de las 7:05 de la mañana. Era de las que se quedaban unos 15 minutos mirando al techo para que sus párpados se acostumbraran a mantenerse abiertos, o directamente forzaba la vista con la pantalla de su celular, haciendo scroll en las últimas publicaciones de Instagram.

Una vez que se sentía lo suficientemente despierta, caminaba con parsimonia al baño y miraba su reflejo. Se sonreía a sí misma con debilidad, dándose ánimos para comenzar el día.

Antes, cuando la vida era buena, no era ella la que se despertaba a voluntad, sino una voz chillona gritándole que era un día muy hermoso como para dormir 5 minutos más. Para Taeyeon todos los días eran perfectos.

—Hoy también lo será. —Se dijo a sí misma.

Tomó una ducha con paciencia, el agua semi fría despertaba sus músculos con delicia. Podía quedarse una eternidad dentro del agua, pero Roseanne era una chica de costumbres y horarios.

A las 7:35 bajaba a la cocina. Marie le saludaba con un vaso de sumo naranja recién exprimido siempre.

El cítrico te dará energía, Roseanne. —Escuchaba a su madre decirle cada mañana.

7:45 pasaba el cuchillo embarrado con mermelada sobre una tostada.

7:55 movía la esponja sobre el plato recién usado y lo ponía en la secadora.

8:05 entraba al gimnasio subterráneo.

10:25 subía a su habitación para una segunda ducha matutina.

Los rituales mañaneros de Rosé eran conocidos. Y Lisa, por otro lado, acostumbraba a dormir hasta las 11am todos los días en vacaciones. Por lo que, ocurrió algo peculiar.

Una raya, algo serpenteando en la dulce costumbre de la rubia. Una línea en el tiempo, un acontecimiento extraño. Algo se escuchaba desde el inicio de la escalera. Primero fue una voz, diferente a la que estaba acostumbrada, y después, dos voces, y después, una de las voces se intensificó en lo que murmuraba.

Ladeó la cabeza con curiosidad, subiendo a paso tranquilo hasta el segundo piso. Desde el comienzo de la escalera, a simple vista no se veía mucho. Pero si que había algo, un pie diminuto sobresaliendo desde la habitación de Lalisa.

Su mente comenzó a acuchillarla. La última vez que había chequeado, solo habían tres personas dentro de la casa y a una de ellas la había saludado 1 minuto antes al pasar por la cocina. Había una cuarta, una intrusa, había alguien más.

Respiró hondo conforme caminaba por el pasillo, obligándose a sí misma a no precipitarse ante las circunstancias. Las voces se intensificaron.

—No voy a estar un segundo más en tu habitación.—Dijo la voz nueva en lo que reconoció como coreano.

Nueva, alguien nuevo. Alguien que no conocía. Alguien que escuchaba por primera vez.

Una chica. Una chica nueva en la habitación de Lisa.

Cuando estuvo en frente de ambas, sintió el latido de su corazón en sus oídos, en su garganta y en todas partes. La sorpresa fue inmediata, y la situación no era apremiante. Sus ojos cayeron en la chica menuda, más baja que ella y con una mirada gatuna.