Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 9

How are you true - Cage The Elephant

Hey, how are you true?
Well there's one thing that you should know
Yes you should
You need love, you need love, you need love

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El silencio bailó por unos segundos entre la morena y la pelinegra. Un mesero había llegado con la orden sencilla, y aprovecharon de tomar sus bebidas mientras todavía salían del shock de la breve persecusión.

—¿Cuanto tiempo deberiamos esperar acá arriba? —Preguntó la morena después de un rato.

Lisa se reclinó del asiento, observando por el hombro de Jennie en la dirección de donde vinieron. Ningun reportero pareció haber subido a la azotea.

—Probablemente veinte o treinta minutos.

Jennie asintió. El silencio lentamente se volvió tedioso, la morena no sabía como entablar conversaciones sin pretexto o beneficio propio. O al menos no sabía de qué hablar con la más alta.

Lisa observó el perfil de Jennie cuando esta giró su mirada a la ciudad. Habían mamparas que las separaba del vacío, y la ciudad de Los Angeles parecía brillar bajo el fuerte sol del medio día. Su expresión tranquila fue un respiro fresco, y la leve curvatura de su nariz le pareció adorable a simple vista. Era eso, Jennie era sumamente adorable cuando no estaba atacandola.

—Entonces diecinueve. —Continuó Lalisa con la conversación anterior. —¿Ya saliste de la preparatoria?

Jennie devolvió la atención de sus ojos a la más alta.

—Debería haberlo hecho.—Contestó con una sonrisa extraña. A Lisa le pareció una mezcla de tristeza e incomodidad.— No pude terminar el año en mi antiguo colegio, así que estoy comenzando último año desde el inicio este semestre.

Lisa asintió en comprensión. No iba a presionarla para dar más detalles.

—Pero, no hablas inglés. ¿Cómo se supone que vas a entender las clases si tienes poco conocimiento del idioma?

La morena se encogió de hombros.

—Al parecer mis progenitores me odian.

—Seguramente sí.

Un destello de diversión bailó en las pupilas de Jennie ante esa respuesta.

—Tenías que decirme que no es así, que todos nuestros padres nos aman incondicionalmente y que quieren lo mejor para nosotros.

Lalisa sonrió.

—Los padres son designados en contra de nuestra voluntad, no podemos esperar amarlos incondicionalmente si nunca nos mostraron amor. Y francamente, traer a tu hija a un país nuevo con un idioma que desconoce a comenzar un año escolar, me parece un poco irresponsable.

Jennie bajó la mirada a sus dedos. La incomodidad se deslizó por su espina dorsal por un momento. Lisa hizo una mueca en respuesta.

—Lo siento, no debí opinar al respecto.

—Está bien, no es como si yo no me lo hubiese ganado. —Susurró esto último más para si misma, aún así la pelinegra lo escuchó.

La morena sacó su telefono del regazo para observar la hora.

—Deberíamos irnos. —Concluyó levantandose.

Lisa la observó aun desde su puesto, por alguna razón quería extender lo mayormente posible el tiempo con la pequeña. Buscaba entre los reconditos de su mente alguna excusa para retenerla, cuando observó a Jennie sacar la tarjeta de credito de su bolsillo y depositarla en la mesa en frente de ella.