Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 16

Dangerous - The Neighbourhood ft YG

We're made to love, we're made to love
But you're dangerous, you're dangerous, you're dangerous

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⚠️ Leer bajo su responsabilidad ⚠️

Bien, podría intentar mantener la calma. Seguía desnuda, con el semen escurriendose por sus muslos en total evidencia, pero estaba de espaldas a la morena. Todavía... Todavía podría evitar perturbar por completo a Jennie. 

Evaluó sus opciones: Darse vuelta y presentarse como Dios la había traido al mundo y admitir el hecho más vergonzoso de su vida, o mantenerse de espaldas, fingiendo demencia y rogando a todos los santos que la morena no se le ocurriera acercarse.

—Jennie... —Exhaló con derrota.

No podía ver su rostro todavía, la pelinegra tenía los ojos clavados en los azulejos y el agua fría todavía golpeando su pecho. Esperó y esperó, pero Jennie se mantuvo en silencio por demasiado tiempo.

—¿Jennie? —Inquirió con el ceño fruncido. Volteó su rostro solo un poco para intentar verla desde su hombro. La morena estaba con los brazos cruzados, observandola.

—¿Qué estabas haciendo hace un momento?

A simple vista, Jennie no parecía enojada. De hecho, Lisa pudo jurar que Jennie hablaba con una sonrisa.

—D-duchandome.

—¿Y por qué estabas diciendo mi nombre?

—N-no estaba...

—Lo escuché perfectamente cuando entraba.

Lisa cerró los ojos, abatida. El plan de hacerse la desentendida no iba a funcionar mucho con esa morena perspicaz. Se mordió el labio con fuerza.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó en cambio, tratando de ganar algo de tiempo. —Pensé que te habías ido con las demás.

—He olvidado mi celular.

Lisa escuchó como Jennie se movía a sus espaldas, la miró nuevamente por el hombro solo para ver a Jennie alejandose unos metros para coger su teléfono de una de las gradas. Sus ojos y los de la morena conectaron. Había un deje oscuro en los marrones de Jennie que comenzaba a inquietarla.

—Bingo. —Sus labios se movieron en una sonrisa.

La pelinegra pensó que eso sería todo, que Jennie se iría después de encontrar lo que buscaba, que podría salir de ese aprieto sin heridas.

Que equivocada estaba...

Jennie se quitó las sandalias, y caminó descalza y aun vestida a su costado izquierdo. Impulsivamente, se giró al costado contrario, haciendo que su espalda mirara nuevamente a Jennie, a pesar de que ahora estaban preocupantemente cerca.

—T-te vas a m-mojar... No deberías estar acá.

Jennie se rió con chulería.

—¿Quieres que me vaya? —Su voz bajó una octava. Lisa exhaló, su polla se había sacudido un poco, como si tuviese vida propia. Maldijo en voz baja, la erección que había desaparecido hace un momento, tomó vida con furia.

—No quiero, pero necesito que lo hagas. —Suplicó como última instancia.

Vete, vete, vete, sino voy a... Dios, solo vete.