Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 28

Stop The World I Wanna Get Off With You - Arctic Monkeys

Well, I know that getting you alone isn't easy to do
With the exception of you, I dislike everyone in the room

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La semana de competencias interescolares.

Un dolor en el culo, si le preguntan a Jennie.

El agua relajaba a la morena, de hecho era un mecanismo efectivo para evitar las migrañas o los ataques de rabia que tenía anteriormente. Se desequilibraba cuando estaba en abstinencia y solía entrar a la piscina de su patio a nadar por horas hasta que sentía todo su cuerpo entumecido y arrugado. Eventualmente lo tomó como un ejercicio, hasta que se dio cuenta que era realmente agil contra la corriente.

En su antiguo colegio solía haber también un equipo de natación y ella era la mano derecha de su capitana. Lo disfrutaba plenamente y cuando la capitana de ese entonces tuvo que dejar el equipo después de que se graduara en último año, su entrenadora sabía que Jennie era perfecta para llenar esos zapatos.

Pero llegó Ryujin Shin, y de pronto las competencias nacionales de Corea carecieron de interés para Jennie.

Dejó de asistir a la mayoría de las clases o simplemente ingresaba, firmaba la asistencia y se escabullía como un gato a mitad de hora. A veces ni siquiera esperaba que pasaran 20 minutos. Pero ahí estaba esperándola siempre, con los brazos cruzados al igual que sus tobillos, recostada del umbral con un cigarrillo a medio consumir entre sus dedos.

Eventualmente los profesores comenzaron a notar las faltas, en varias ocasiones fue llevada a la oficina del director mientras escuchaba a su madre gritar por el auricular del celular. Las visitas de Hyuna al instituto de Jennie eran tan constantes como las veces en que Jennie estaba fuera de si.

Jennie se preguntó si sus padres eran tan tontos que no lo notaban a simple vista.

Cuando la entrenadora de natación vio que Jennie comenzaba a saltarse los entrenamientos, fue a buscarla a su clase. Pidió permiso a la maestra de turno y se acercó a la morena con una sonrisa cautelosa.

—No has venido más.

Jennie se encontraba pasando una pequeña navaja sobre el pupitre, dibujando rayas sin sentidos y con la mirada un poco perdida en sus manos. Su cuerpo estaba un poco sudado, esa mañana en particular se había metido un toque demasiado fuerte y su alrededor estaba un poco desorbitado. Apenas pudo oír la voz que continuó llamándola por un instante.

No respondió al llamado, habían un par de alumnos que detuvieron sus apuntes para mirar la interacción. La coreana había dejado de ser la misma desde hace un tiempo, todos podían decir algo al respecto.

—Jennie, estoy hablandote. —Volvió a decir la entrenadora, colocando su mano suavemente sobre la muñeca de la morena para evitar que siguiera dañando la madera de la mesa. —Y estoy segura de que no puedes tener una navaja en clases.

La morena apretó los labios, alzando los ojos vidriosos e inyectados de sangre a la mujer que veía dos horas seguidas tres veces por semana desde hace tres años. La rabia por su interrupción y la voz tediosa hicieron que las entrañas de Jennie se retorcieran y comenzara a respirar entrecortadamente. Miró con veneno el agarre de la mujer en su mano, y le fastidiaba.

La entrenadora frunció el ceño al observar el rostro de la joven visiblemente demacrado y deformado por la expresión de enojo. Habían ojeras oscuras debajo de sus pestañas y parecía que no se hubiese lavado el cabello en días.