Rubia Sol Morena Luna (JENLISA) (CHAELISA) G!P

Capítulo 48

Francis Forever - Mitski

On sunny days I go out walking
I end up on a tree-lined street
I look up at the gaps of sunlight
I miss you more than anything

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14 horas antes

Jennie se había refugiado en varias cosas las últimas semanas; Somi, Chaeyoung, películas de culto, escuchar playlist aleatorias en spotify por más que se encontrara canciones que la hacían llorar en el camino, retomar sus clases de piano por más torpes que fuesen sus dedos, practicar inglés en solitario, meditar, llorar, meditar, nadar en la piscina de su casa, llorar, comer, existir, llorar.

Era una esponja, sus emociones estaban tan delicadas que hasta la brisa vespertina hacía que su pecho se encogiera. Era la Post Break-Up era en donde todo parecía recordarle a ella. El olor impregnado de su champú que seguía sobre su almohada izquierda, las camisetas oversized que se había dejado mezcladas sutilmente con las suyas dentro de su armario, el cepillito amarillo que usaba para peinarse el flequillo.

Jennie sabía que las cosas de su ex debía haberlas desechado o devuelto hace mucho tiempo, al menos hace unas tres semanas. Pero es que algo en su cuerpo se lo impedía. O al menos hasta ese día por la mañana en el que después de tres vergonzosas semanas sacó la funda de la almohada y la lanzó a la pila de la ropa sucia.

Recogió todas las prendas de ropa infiltrada, tomó la Nintendo Switch que había encontrado tirada al fondo de su escritorio, agarró cada pequeña cosa que no fuese de si misma y la puso en una caja. Lo que le costó cerrar esa caja y meterla en el asiento delantero de su auto, solo lo sabría ella y Dios, quien seguramente se estaba vengando de ella por haberlo negado en tantas ocasiones.

¿Era una broma de Dios? De ser así contemplaría rezar por las noches, quizás de esa forma se le iría la pava de tener novias que tienen más interés en mirar en otras partes que a ella misma.

En un largo suspiro emprendió camino al Kenter Cayon, hoy rompería la distancia con Lalisa simplemente para entregarle sus cosas. Si era un adiós definitivo, entonces era justo y necesario desaparecer cada rastro de la pelinegra. Jennie llegó al instituto de buena fe, realmente... Sí, realmente a pesar de haber tenido unas semanas de mierda, por fin se había sentido lo suficientemente valiente para encararla. Se sentía lo suficientemente imperturbable.

Eso hasta que lo primero que captó su mirada fue la llegada de esas dos.

Quiso reirse por completo, quería mirar al cielo y confirmar si todo lo que estaba pasando era parte del karma que arrastraba desde Corea. Tan pronto como su mirada había coincidido con la de Lisa se dispuso a entrar con rapidez al instituto. Sentía las venas de su cuerpo quemarse con una rapidez alarmante, el modo en que tenía caliente el cuerpo se confundía directamente con la sensación de tener fiebre.

¿Lisa y sus cosas? Lisa y toda su mierda se irían directamente a su chimenea apenas pusiera un pie en su casa nuevamente. ¿Relación política entre esas dos? ¡Y un ovario! Era demasiado obvio que habían vuelto a esa cercanía, algo se lo dijo profundamente. Y no iba a mentir, le había dolido un poco demasiado.

Porque esperaba que Lisa tuviese la pequeña decencia de al menos no volver a caer bajo la misma piedra. Los ojos le ardían con furia. Alzó el auricular de su teléfono a su oído, se escuchaba un alboroto de fondo pero Jisoo le contestó al tercer repique.

—¿Jennie? ¿Está todo bien?

—¿Cómo puedes estar tan tranquila con todo esto? —Arrastró las palabras, llegando a su locker y abriendo la puerta con furia.