"Papá está en casa, en casa por mi"
— Usher
Tsuki—Esta mañana estaba siendo particularmente bella si me lo preguntaban. Podía decir felizmente que era un día precioso, en el cual ni Satoru ni yo tendríamos que salir del país por alguna misión encomendada, simplemente debíamos ir al colegio y dar un par de clases.
Ambos permanecíamos abrazados en nuestra habitación, aún medio dormidos aquella soleada mañana, expectantes porque el reloj nos diera aviso de que ya era hora de partir hacia nuestro destino… la escuela de hechicería. Después de aquella caótica trayectoria escolar logramos graduarnos y convertirnos en profesores en el colegio de magia y hechicería metropolitana en Tokio mismo lugar donde habíamos estudiado; yo estoy encargada de enseñar lucha y defensa mientras Satoru se encarga principalmente de instruir en todo lo posible, desde dominio de energía maldita hasta en las propias misiones a los alumnos de primero, somos un buen equipo en combate y en enseñanza… o esto último es lo que me gusta creer, nuestros antiguos alumnos habían dado buenos frutos como cazadores de maldiciones, colocándose entre la élite de la hechicería, eso era un éxito para mi, pues nuestra intención principal era crear e instruir a la mejor generación de hechiceros que haya existido en la historia.
—Hoy te ves más hermosa que ayer…— sus ojos azules me escudriñaban mientras sentí una suave caricia en mi rostro. Sonreí ante su tacto y lo imité peinando tranquilamente las hebras blancas de su cabello, descubriendo su mirada llena de brillo, no pude evitar sonrojarme… a pesar de llevar tanto tiempo casados, simplemente no podía dejar de sentirme como colegiala cada que me hacía cumplidos. Aún éramos jóvenes, y gestos como estos me hacían recordarme cuánto lo amaba y el hecho de que su forma de ser fuera transparente conmigo. A pesar de todo lo que pasamos juntos aún no podíamos decirle a nadie de nuestra relación, dado que los altos mandos siempre están en busca de algo que pueda afectar a Satoru, por lo que solo unos pocos lo saben a la fecha. Yaga sensei nos sugirió mantenerlo en secreto o por lo menos como secreto a voces por esa mierda de la "Profecía escarlata", muchos la conocían y si sabían que estábamos juntos iban a hacer cosas impensables... peor aún porque los tres clanes jamás habían mezclado sangre entre ellos, era un sacrilegio.
—¡Buenos días Megumi!— escuché que entonaron en la planta baja, solté una risita a la vez que Satoru jadeaba y rodaba en la cama hasta dejarme totalmente cubierta por su enorme cuerpo aplastándome completamente en el acto, mi risa rebotó en su pecho mientras sus largos brazos se extendían a nuestros costados
—Hmm, es temprano para levantarnos— Chilló clavando su rostro en mi cuello, yo acaricié su espalda dando un par de palmaditas después de esa acción
—Pues parece que ellos tienen más energía que nosotros, eso quiere decir que nos hacemos cada día más viejos Toru— no pude evitar hacer un puchero al pensar en esa posibilidad, "ellos" eran dos de las personas más especiales en mi vida, en un inicio los acogimos en casa como hermanos menores, pero a pesar de la poca diferencia de edad podría atreverme a llamarles hijos después de todo lo que pasamos juntos, dos adolescentes que mi esposo y yo acogimos en nuestra familia luego de esa serie de eventos desafortunados que iniciaron con la misión del recipiente del plasma estelar. Megumi y Tsumiki, quienes en estos momentos se encontraban seguramente abajo ya listos para tomar el desayuno y luego partir a la escuela.
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Scarlet prophecy 》 Gojo Satoru
Fanfiction"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...