23. Pray For Me [FINAL]

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Tsuki—

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Tsuki—

Satoru y yo habíamos hablado mucho sobre este momento, prometimos estar el uno al lado del otro cuando sucediera, por lo que era tan tranquilizante permanecer juntos en este instante, tomados de las manos y teniendo paz.
Su ojos decían muchas cosas, él no pronunciaba ni una sola palabra pero esos maravillosos orbes me dejaban verle como una ventana a su alma, sus grandes manos acariciaban mis mejillas de vez en cuando como gesto tranquilizador, escarlata y azul se fundían el uno sobre el otro compartiendo sentimientos muy profundos.

—Todo saldrá bien, mi amor — pronunció con voz suave y una sonrisa tranquilizadora — Estamos juntos y así lo vamos a enfrentar, nuestro Megumi lo merece.

Asentí ante sus palabras.

—Lo sé… — fundimos nuestros labios en un beso que transmitía mucho, después de eso pedimos a nuestro hijo mayor que ingresara al cuarto donde estábamos para poder hablar tranquilamente mientras nuestro pequeño se quedaba afuera junto a Tomoe y Maki.

El cumpleaños 18 de Megumi era un parteaguas en nuestras vidas. Satoru y yo sabíamos que cuando llegara este momento era más probable que nuestro Megs quisiera dejarnos para siempre luego de saber la verdad.
Sin embargo, por azares del destino él terminó enterándose mucho tiempo antes sobre lo ocurrido con su padre… descubrimos que fue el viejo Gakuganji quien terminó por ventilar toda la información con afán de terminar dando un golpe bajo contra Satoru, sin saber que eso podría fragmentar en muchos pedazos a nuestra familia.

El contacto que teníamos con aquel hombre se volvió nulo, él y yo ya no queríamos formar parte del mundo de la hechicería, después de pasar por tanto. Nuestros alumnos aún permanecían brindando ayuda como hechiceros, una nueva generación tan poderosa pero con un corazón de oro... nos hacían sentir demasiado orgullosos. Solo mi Toru, yo e incluso el profe Yaga habíamos sido los únicos que dejamos de lado el mundo de Jujutsu para vivir tranquilos.  Kashimo y los hechiceros encarnados así como los relacionados al juego del sacrificio tomaron rumbos distintos cada uno luego de que Yuuta finalizara esa horrible matanza al convertirse en el game master; Hajime fue el que más permaneció aferrado a Satoru, se podría decir incluso que eran buenos amigos... algo que sin duda alguna era inesperado

Era un hecho que me encontraba sumamente nerviosa, el día que tanto había temido llegó, pero sabía que debía ser sincera con nuestro Megumi, él lo merecía… merecía escuchar lo que ocurrió de nuestras propias bocas, merecía tomar su propia decisión y decirnos qué era lo que sentía. Toru y yo jamás seríamos capaces de juzgarle, era nuestro primer niño y jamás dejaría de serlo.

Había pasado un extenso tiempo desde la batalla en Shinjuku, los estragos de la batalla aún afectaban muchísimo a Megumi, quien a pesar de ser independiente y moverse por su cuenta, tenía muchísimas dificultades motoras y secuelas físicas que no sanarían nunca,a penas podía permanecer de pie determinado tiempo, se cansaba muy rápido, sus músculos estaban atrofiados y por momentos su mente se perdía en delirio por el severo daño neuronal que tenía... lo mejor para él fue el retiro de la sociedad de hechicería, nadie se opuso. Lo mismo con Toru y todos nuestros alumnos; sin embargo todo parecía ser un mejor resultado que aquel futuro de Tomoe, quien aún permanecía con nosotros al día de hoy por el temor a regresar a un mundo donde probablemente todos los seres queridos que le quedaban ahora no estaban vivos, tenía miedo de regresar y no encontrar a nadie, Satoru y yo no pusimos ninguna traba para que se quedara con nosotros, incluso se llevaba muy bien con el pequeño Tomoe, quien ya caminaba y hablaba con algunas palabras.

Scarlet prophecy 》 Gojo Satoru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora