"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
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Tsuki—
Después de acabar con las acciones pendientes pudimos regresar al lugar donde todos los altos cargos de las dos escuelas estaban esperándonos. Cuando ingresé a la sala junto a Ijichi y profe Yaga toda la habitación se quedó en total silencio a la expectativa de lo que diríamos a continuación, lo que habíamos descubierto era terrible y no teníamos idea del alcance de las maldiciones pues el brujo que Satoru había incapacitado no paraba de lloriquear por sus estúpidos muebles… de algo estaba segura y era que él y esas maldiciones sospechosas planeaban algo demasiado grande.
El buen Ijichi se encargó de recolectar la información necesaria para saber cuántos de nuestro lado habían caído y la información preliminar siempre resultaría desalentadora tomando en cuenta la cantidad de hechiceros en el mundo.
Ingresamos a la habitación y lo dejamos hablar para que comenzara con su explicación, tomé asiento a lado de Gojo que no paraba de girar su cara en mi dirección esperando que me le acercara como comúnmente lo haría… hoy no, aún me encontraba muy enojada con él. Ni siquiera ese puchero curioso en sus labios me hizo cambiar de parecer a pesar de que estuve dudando un poco en mi actuar por esa expresión...
—Hemos terminado con el interrogatorio, el buen Ijichi se encargará de darles toda la información que necesitan al respecto de la situación— dije cruzandome de brazos y recargando mi espalda en una de las paredes de madera. Satoru se acercó disimuladamente hacia mi y yo solo negué porque este hombre era incorregible, no iba a mantener distancias aunque tuviera una pistola de ácido o algo así. No lo moví de mi lado, no era tan cruel y siempre terminaba convenciéndome de alguna u otra manera por lo que nos quedamos en esa posición, con nuestros hombros a penas rozando con el otro.
—Gracias Kamo… — sonreí en su dirección y moví mis manos para darle ánimos, en realidad Ijichi siempre se veía muy perturbado cuando Satoru estaba en la habitación, esta vez no era en lo absoluto diferente. Esto se debía a la actitud que solía tener mi esposo con él desde que éramos niños de preparatoria, ciertamente Gojo no tenía los mejores métodos para decirle a alguien que lo estaba protegiendo porque lo estimaba, al pobre Ijichi terminó asustándolo demasiado que hasta la fecha aún se mostraba nervioso a su alrededor — A continuación enumeraré las bajas — sacó el documento donde llevaba el registro de lo ocurrido y se secó el sudor de las mamos para comenzar a hablar— Tres hechiceros de segunda clase, uno de semi primera, cinco supervisores y dos guardias del almacén maldito— Realmente eran muertes importantes tomando en cuenta que pocos practicaban la hechicería hoy en día — Todos estaban en las instalaciones, trabajaban por separado de Gojo, Kamo y el director Yaga. Aunque esperamos empezar informe de Ieri es muy posible que todo sea obra del espíritu con el que se topó Nanami— el tipo de la mutación de almas o esa cosa extraña que nos había contado Kento cuando nos dio el informe del avance de Itadori… me pregunté de qué color será su sangre… ¿sentirá dolor? ¿Tendrá miedo? Dejó muy mal a Yuuji durante un tiempo, tanto que incluso trató de borrar esa dulce sonrisa que siempre llevaba, como me gustaría toparme con esa maldición y hacer algo al respecto. Ese espíritu ya había causado demasiados problemas a todos
