"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
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Tsuki—
Mi katana iba directamente hacia su cabeza, no pude evitar dibujar una enorme sonrisa de la emoción que me había provocado ver un ataque de área tan masivo como ese. Sin embargo, mis sentidos me avisaron que no era buena idea tratar de darle con el filo de mi arma a ese tipo.
Detuve mi katana a centímetros de tocarlo viendo como esta comenzaba a agrietarse por la presión y fuerza que llevaba mi golpe… pero también por el material del que estaba hecho el extraño traje de ese hombre. Retraje mi espada hasta mi costado y miré al hombre frente a mi mientras me erguía en toda mi estatura para mirarlo lo más directo que podía y comencé a golpear una y otra vez mi tacón contra el suelo tratando de regular la fuerza a la que mi cuerpo fue sometida por moverme a altas velocidades, prácticamente había aparecido detrás de él.
—Hola bonita… es la primera vez que alguien logra esquivar mi ataque— saludó aquel hombre con un remarcado acento inglés — También es la primera vez que alguien se da cuenta antes de destruir su arma contra mi ropa. Tu debes ser Tsuki — chasquee la lengua y traté de hacer un clavo pequeño con mi sangre para atravesar su cabeza cubierta de un casco peculiar. Sin embargo, mi clavo fue repelido de inmediato por ese metal que hizo que no pudiera dejarlo inconsciente o matarlo como al resto de sus compañeros —Yes, definitivamente eres Lady Tsuki— se burló
—Yo a ti no te conozco— mofé mientras colocaba mi katana frente mío en posición de pelea, ambos comenzamos a caminar en círculos sin bajar la guardia esperando que el otro comenzara sus ataques
—Eres más hermosa de lo que Geto describió, es bueno que me haya advertido con usar esta armadura para que no puedas dejarme medio muerto como a todos los debiluchos de antes — dijo refiriéndose a sus compañeros que dejé en coma con un simple contacto con mi sangre
—Nada es inmune ante mis armas, ni siquiera el metal más duro, solo tuviste suerte — expliqué al tiempo que me abalanzaba de nuevo contra él, sin embargo este inició a lanzarme ¿pedazos de hielo?
Tuve un hielo enorme a centímetros de mi cara y logré cortarlo de forma lateral y evitar que colisionara contra mi cuerpo, una roca helada tras otra venían hacia mi y yo las cortaba como si fueran de papel.
Ese tipo comenzó a manipular el material frío haciendo que algunos edificios se movieran por la fuerza que estaba provocando el poder de su técnica y cuando la lanzaba en forma de proyectiles muy extensos en mi dirección, en algunos incluso tuve que subirme y comenzar a correr sobre ellos. El frío comenzaba a embargar el lugar pero mi técnica me permitió mantener el calor corporal a pesar de que incluso la escarcha se manifestaba en los vidrios de los edificios que nos rodeaban.
