"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
"Eres demasiado buena para ser verdad, no puedo quitar los ojos de ti. Perdón por la forma en la que te miro, por favorhazme saber que es real"
—Frankie Valli
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Omnisciente—
—¡Espera Satoru!— el nombrado se detuvo y miró pacientemente como la mujer tomaba tres armas bastante similares a la que estaba usando cuando casi le vuela la cabeza de un golpe— Estos no son objetos malditos, son simplemente réplicas para que intenten familiarizarse con la forma y el peso… la próxima clase veré sus avances — los tres alumnos recibieron una cada uno, asintieron ante lo dicho por su profesora y se despidieron de ella con una sonrisa.
—¡Gracias por la lección de hoy!— gritó Maki sonriendo hacia la pelinegra, Tsuki acarició la cabeza de su alumna y sonrió comenzando a caminar.
—Siempre es un placer Maki...
— ¡Atún con mayonesa!— siguió Inumaki agitando su mano. Tsuki imitó su gesto.
—Buen día también para ti Toge.
—Gracias sensei— Panda hizo una leve reverencia y extendió su puño para chocarlo con el de ella, la de ojos escarlata le devolvió el gesto inmediatamente de forma juguetona.
—Gracias a ti por toda tu dedicación Panda— Tsuki se despidió de ellos antes de ser arrastrada nuevamente por Gojo hacia algún lugar.
— ¿A dónde vam…? — se detuvo al sentir el suave toque de los labios del hombre de cabellos blancos contra los suyos — ¿Qué te pasa hoy?— cuestionó ella cuando el más alto se separó juguetón.
—No te despediste bien de mi esta mañana y ayer no me diste mi beso de buenas noches— ella soltó una leve carcajada y dio un toquecito en la mejilla de su esposo quien tenía un puchero formado en sus labios
—Eres todo un caso…— ella rodó los ojos con un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.
—Sé que estás perdidamente enamorada de mi y a veces te cohibe darme amor… pero ayer prometiste algo y voy a conseguirlo — Satoru estaba de nuevo invadiendo demasiado el espacio personal de Tsuki, casi chocando su nariz con la de ella, incluso sus cabellos rozaban la frente de la mujer.
—¿El qué…?— cuestionó ella fingiendo demencia por la petición del peli blanco alto frente suyo.
—¡Mis dulces por supuesto!— la pelinegra rodó los ojos y se prendó del brazo del hombre al que amaba con ternura y la más ferviente pasion — Prometiste que me comprarías un poco de Kikifuku y te llevaré ahora a que lo cumplas — ambos comenzaron a caminar por los pasillos de la academia, Gojo seguía hablando constantemente mientras la fémina le escuchaba de forma atenta como la mayoría del tiempo
