"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
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Se colocó de cuclillas en la azotea de uno de los pocos edificios que aún quedaban en pie en toda la zona, desde su posición podía apreciar con lujo de detalle a través de una de las ventanas la figura de Satoru Gojo reclinada sobre su esposa sacudiendo a la mujer inconsciente una y otra vez con la esperanza de verla despertar. Yuuta Okkotsu y Maki Zen'in hacían todo lo posible por alejar al peli blanco de Tsuki, la hechicera de cabellos negros estaba conectada a muchas máquinas de todo tipo que mantenían su flujo de energía maldita en cero… según lo que le contaron cuando niño, Tsuki se sacó toda la energía maldita del cuerpo antes de que Sukuna el rey de las maldiciones lograra poseerla, al realizar tal hazaña evitó que el espectro controlara su persona y se volviera un peligro mucho mayor a lo que era actualmente. Sukuna aprovechó la debilidad que ella tenía con respecto al más joven de su familia para intentar obtener su cometido, Tsuki era débil ante Megumi y tembló cuando el momento decisivo llegó... Sukuna aprovechó esto para dejarla en tan mal estado que su sentencia de muerte ya estaba firmada desde mucho antes de que ella decidiera lanzarse por Hana hacia el vacío del edificio. El rey de las maldiciones le había abierto un agujero en el costado derecho del tamaño de una pelota de baseball… le perforó uno de los pulmones y básicamente le destrozó la columna cuando ella se negó a dañar al niño de sus ojos. Cuando estuvo a punto de poseerla ella se las arregló para privarse de aquel regalo celestial de energía maldita, gracias a esto logró evitar que su cuerpo quedara a merced de la peor de las maldiciones, pero también selló su destino sin tener una vuelta atrás.
El pecho se le oprimió cuando Satoru Gojo gritaba desesperado, las lágrimas espesas bañaban sus pálidas mejillas y clamaba una vez tras otra por una respuesta por parte de la mujer que amaba. Afinó sus sentidos tan bien como pudo para ser capaz de escuchar lo que estaba diciendo el hechicero más fuerte, debía ser cuidadoso si no quería ser detectado, redujo su flujo de energía maldita al mínimo para poder observar todo desde la penumbra pues tenía que comprobar algo antes de iniciar con su plan...
—¡TIENE QUE SER UNA MENTIRA! ELLA NO PUEDE TERMINAR ASÍ. NO ME LA QUITES, NO ME LA QUITES A ELLA— a pesar de todos los esfuerzos por parte de dos de sus alumnos más poderosos Satoru no pudo ser retirado del lado de su esposa.— Tsu… te lo ruego, no puedo seguir sin ti— lloraba tan lastimosamente empapando la ropa triste que portaba su esposa — Mi amor, tú eres todo lo que tengo y no puedo hacerlo su no estamos juntos… No puedes morir, prometimos acabar con el peligro y vivir felices después de que toda la mierda de este mundo se acabara… tú y yo juntos ¿Recuerdas? Prometimos estar al lado del otro sin importar qué, no puedes irte… Tenemos Tsu ¿ME OYES? ESCÚCHAME POR FAVOR TE LO SUPLICO, MI VIDA ABRE LOS OJOS POR EL AMOR AL CIELO. Nos vamos a retirar de este putrefacto mundo de lahechicería en cuanto despiertes y seremos felices juntos — El Ángel, Shoko, Maki y Yuuta permanecían en un estado de shock al ver la forma en la que Gojo se quebró frente a todos, todo se resumió a ese momento en el que todos quedaron fríos por la reacción del más fuerte de los hechiceros. Los ojos de Satoru estaban inyectados de sangre cuando se posaron en la doctora— LO QUE ME DICES ES UNA MENTIRA, SOLO ESTUVE ENCERRADO 19 DÍAS— sus fuertes brazos envolvieron el frágil cuerpo de la mujer que amaba, el gesto de terror dibujado en su rostro parecía traído de la peor de las tragedias del mundo, ninguno se imaginó jamás ver de esa forma al ser más poderoso de esa era aferrándose a un débil cuerpo que se encontraba en ese plano sólo por una razón… ya no tenía salvación