"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
"A donde quieras ir, o lo quequieras hacer. Yo puedo hacer lo que sea si me llamas buen chico. Me vuelves un adolescente"
—GOT7
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Omnisciente —
Sobra decir que grande fue la decepción de los dos provincianos cuando llegaron a su destino al visualizar que no era nada más y nada menos que un edificio abandonado y hediondo. Satoru caminó como si nada a lado de Tsuki y ambos se colocaron de pie frente al inmueble, emanaba la energía de un espíritu indeseable
—¡Hay una maldición ahí! — se quejó Megumi con voz seria mirando alternadamente a Tsuki y a Satoru. No podía creer el engaño por parte de, los que ahora eran, sus dos profesores.
—¡Mentiroso! No juegues con los provincianos de esa manera— siguieron los chicos señalando a Gojo acusatoriamente con uno de sus dedos. Satoru no pareció inmutarse por lo que decían los dos nuevos de la escuela de hechicería, era obvio que ya estaba más que acostumbrado a engañar a sus queridos alumnos después de un tiempo considerable siendo profesor en la escuela de hechicería. Además no era como que pudieran hacer algo en su contra aún con lo enojados que estaban.
—Hay un enorme cementerio cerca de aquí y sumando al edificio abandonado terminó surgiendo una maldición...— explicó la profesora pues en el camino había visto el tétrico cementerio a través de las ventanas del auto, este lugar era idóneo para lo que querían hacer y probar las habilidades de los chicos. No resultaba tan peligroso como una misión en campo abierto y ciertamente la maldición al interior no parecía ser tan problemática para que ella o su esposo tuviesen que intervenir realmente. Era un lugar "seguro" para conocer las habilidades de sus alumnos.
—¿De verdad son tan comunes en las tumbas? — preguntó Yuuji rescando su mejilla y observando a lo lejos la cantidad de energía maldita que emitía el cementerio. Los dos profesores dirigieron su mirada hacia él mientras que Nobara seguía con una letanía de porque no debían mentirles a sus alumnos, ya que eran adultos y era deshonroso portarse de tal forma y un montón de cosas más. Sin embargo, la voz del chico pelinegro intervino antes que la de los adultos.
—No es por el cementerio en si— siguió Megumi cruzando sus brazos acercándose un poco más a Tsuki sin quitar la vista de ella, la mujer parecía demasiado relajada a pesar de encontrarse en un sitio así— Se debe al hecho de que la gente siente aversión por los cementerios.— Megumi era un excelente alumno, explicaba todo de una forma simple y muy entendible. Tsuki sonrió en su dirección con orgullo por saber que su muchacho estaba dispuesto a aclarar dudas del pobre chico que a penas sabía nada del mundo de la hechicería.
—Oh, pasaba algo similar en las escuelas ¿no?—cuestionó Yuuji rascando su barbilla con curiosidad evidente. Tsuki y Satoru asintieron con tranquilidad.
