"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
"Tú y yo tenemos el mundo en nuestras manos. Sé que me oyes ahora, somos diferentes, podemos hacer cualquier cosa. Podríamos ser héroes, tú y yo."
—Alesso ft. Tove Lo
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Tsuki—
Mis tres amigos estaban en el gimnasio de la academia charlando, Ieri jugaba con las gafas de Toru mientras él estaba en la puerta esperando a que apareciera, nada más me vio entrar comenzó a aplaudir.
–¡Llegó Tsu!– celebró Toru con una sonrisa. Ya no llevaba la típica chaqueta de la academia, ahora solo estaba en su camisa blanca. Sonreí por su recibimiento — Te estábamos esperando, no estamos completos si no estás con nosotros.
—Gracias por hacerlo— él agarró y mano y me arrastró al interior del gimnasio, tomé asiento a lado de Ieri mientras él y Suguru comenzaron a retarse para ver quién era mejor en Basquet. Aproveché el momento de paz para quitarme parte del uniforme, la capa y las vendas en mis brazos fueron retiradas con lentitud mientras esos dos comenzaron con su partida.
—Ahora que estás aquí puedo preguntarlo… Enserio ¿son tan necesarias las cortinas? Es decir, ¿qué tiene de malo que nos vean las personas normales? De todas formas no pueden ver las maldiciones ni los hechizos — cuestionó Satoru haciendo rebotar la pelota y sus tenis comenzaron a resonar sobre la losa a nuestros pies.
—Si no hubiera cortina las personas verían a un montón de locos con trajes similares jugar a estar la batalla del abismo de Helm o algo parecido, solo que sin armaduras y Rohirrim de pormedio, ¿sabes? ¡incluso creerán que usamos la fuerza como auténticos Jedi!, y aunque suena divertido… — expresé atrayendo la mirada de mis amigos. Suguru dio una risita al igual que Shoko, Satoru dibujó un puchero infantil en su rostro— No creo que esté bien que lo vean, algunos son más sensibles a la energía maldita que otros… muchos probablemente puedan ver las maldiciones por un azar de la vida y terminen más confundidos
—Luna tiene razón, si controlamos las apariciones es precisamente para que la gente esté tranquila, es obvio que se verán confundidos si un montón de personas empiezan a luchar con algo invisible y causan estragos bastante evidentes— me apoyó Suguru.
—Por eso hacemos todo lo posible por ocultar las amenazas que no pueden ver— siguió Shoko— aunque sería divertido que piensen que soy una Jedi… tú serías como Anakin— Solté una carcajada cuando se dirigió así a Satoru, no había mejor manera de describirlo
—Si, el elegido — chisté divertida burlándome de su apodo.
—No es solo es… está bien, ya, ya entendí — Satoru rodó los ojos y continuó con lo que estaba haciendo, atinó dos canastas y el balón pasó a manos de Geto quien también demostró habilidad en el dominio del deporte — Es solo que da pereza tener que cuidar de los débiles.
