16. In the closet

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"Si así me vas a recompensar cada que acabemos una pelea , que vengan todas las maldiciones clase especial ahora mismo"



"Si así me vas a recompensar cada que acabemos una pelea , que vengan todas las maldiciones clase especial ahora mismo"

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Tsuki—

Los chicos no refutaron en lo absoluto a mi petición, no esperé ni un segundo más para poner toda mi energía en mis piernas con el único motivo de dirigirme hacia mi esposo, no fue difícil dar con él gracias a su rastro de energía maldita que claramente conocía a la perfección.
El reía y cantaba acomodándose la venda sobre sus ojos 

—¡Viva! ¡Asunto resuelto!— claro, ahí estaba muy risueño y yo con toda la disposición de darle una buena …— ¡Tsu!— celebró saludandome, pude ver que el director Gakuganji no estaba prestando especial atención a lo que hacíamos sino que se encontraba centrado en el tipo con las extremidades hechas girones a unos cuantos metros de ahí

—¡Satoru Gojo!— su expresión cambió cuando lo llame de esa manera, no dudé ni un segundo en lanzarme contra suya y con tres ágiles movimientos lo dejé en el suelo casi estrangulándolo con mis muslos, sus ojos me escrutaron ya que tenia la venda a medio poner. El soltó un jadeo y sonrió seductoramente en mi dirección

—Vaya, que bendición… si así me vas a recompensar cada que acabemos una pelea , que vengan todas las maldiciones clase especial ahora mismo — se burló él sacando la lengua, gruñí y cambié un poco mi postura hasta quedar inclinada para que viera bien mi cara — Y aunque me encanta la forma en la que estamos ahora, no creo que te gustaría que ese vejestorio vea lo que…

—¡Me lanzaste un púrpura!– le regañé ladeando mis labios y bajando mis comisuras con molestia

—No te lancé el ataque a ti… la maldición era una flor y yo se que no te g…

—¡Ya estaba a punto de exorcizarla! Me faltaba muy poco — reñí de nuevo sin quitarme de mi posición, sentí una de sus manos ir hacia mi trasero por debajo de mi falda y los shorts que llevaba, lo repelí de inmediato — ¡No hagas eso! — me incliné sobre él y no pareció molestarle evidentemente, lo que claramente me enojó mucho más — Más te vale que prepares a tu amiga manuela porque no vas a tener nada durante un mes — le dije en un susurro, ahí su cara si cambió a un gesto de espanto y comenzó a negar efusivamente. Se levantó de la llave que le hice y terminé envuelta en sus brazos… estábamos ahora en una posición mucho más rara de la inicial

—¡No digas eso! ¡Todo menos eso!— su voz era la de un niño pequeño haciendo la mayor de las rabietas— Tsu debes estar bromeando

—No bromeó Satoru,  me las vas a pagar — le di un par de golpecitos en su pecho con mi puño, no fueron con la intención de hacerle daño pero si para afirmar mis palabras, él estaba casi sin habla y si no fuera por la energía de la profesora de Kioto acercándose a nosotros no nos hubiéramos separado. Me puse de pie y lo ayudé después, él trató de seguir refutando pero me crucé de brazos y caminé ofendida hacia el aparente rehén

Scarlet prophecy 》 Gojo Satoru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora