"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
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Tsuki—
Terminé de peinarme y maquillarme tratando de cambiar un poco mi apariencia, también me coloqué ropas que no evidenciaran mi estado porque al lugar que nos dirigiríamos ahora mismo no era un sitio seguro y debía ingresar si o si. Aunque siendo sincera si me topaba primero con Hakari sería mucho más conveniente, él me cedería el paso al verme… lamentablemente no podía hablarle por teléfono ya que la mayoría de las líneas en el país habían colapsado por todo el caos que había en ciertas zonas, debíamos entrar como espectadores de las peleas si queríamos ingresar al sitio, ya adentro sería mucho más fácil buscar a Hoshi o a Kinji
—¿Por qué estás vestida así?— preguntó Shoko burlona viéndome desde la puerta de la habitación. Llevaba puesta una de las enormes playeras para dormir de mi esposo, esta tenía una portada de una película plasmada en la tela, era lo suficientemente grande para no dejar ver mi vientre
—Voy por Hakari Kinji a ese loco club, debo pasar desapercibida porque los tipos de las puertas se ponen como bestias con las personas que dejan pasar— rodé los ojos solo de pensar lo que podría suceder, solía ir con Satoru ahí cuando queríamos hacer alguna escapada clandestina, sin embargo ahora mismo dudaba que me dejaran pasar si me veían grávida, antes era más que suficiente con que sintieran el aura de Satoru para que nos cedieran la entrada… ahora podía variar y no iba arriesgarme
—¿Crees que quiera ayudar?
—Claro, lo hará. Le encanta estar en peleas y su ayuda sería demasiado buena en nuestra situación tomando en cuenta que ninguno de ellos quiere que me meta al juego del sacrificio— restregué mis brazos y caminé hacia la salida donde ahora Tomoe estaba esperándome vestido con ropa que le daba toda la pinta de un pandilleros
—Tengan suerte— deseó mi amiga sacudiendo su mano — Y cuidate mucho Tsuki, tú y el mocoso ahora son de máxima prioridad
—Todo va a estar bien Shoko— sonreí saliendo hacia el garaje montando la moto que usé aquella ocasión del desfile de los demonios de Suguru. Tomoe me miró intrigado
—¿No quieres que vayamos en un auto?— negué repetidas veces
—Llegar en algo así solo va a levantar más sospechas, es un barrio de mala muerte y respetan más a la gente que anda en estas cosas — señalé el vehículo
—¿Conduces tú o yo?— sonreí de lado y me subí rápidamente
—Yo manejo — me coloqué el casco y palmee el asiento trasero ofreciéndole un casco también. Él no tardó en subirse aunque estaba algo nervioso — Vamos, agárrate que voy a acelerar para no toparnos con algún enemigo — no tardó en acomodarse y sostenerse de mi algo tembloroso. Arranqué inmediatamente luego de saberlo seguro y comencé atravesar la pequeña zona de bosque que cubría el templo de los Gojo. Finalmente salimos a la avenida y fue más fácil movernos a través de la ciudad, aún había mucha destrucción que se veía en ciertas zonas de la ciudad y ni hablar de las maldiciones que rondaban por todas partes, la mayoría se alejaba cuando sentían el aura que emanaba el vehículo donde íbamos, sabían que era una pésima idea acercarse a nosotros porque terminarían exorcizadas de inmediato.