"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tsuki—
Mientras más meditaba la situación peores pensamientos venían a mi mente, llegaban uno tras otro traicionando mis sentimientos y esperando para hacerme ceder ante la presión que significaba lo que pasaba ahora. Todos mis sentidos se fueron por un par de segundos, realmente quería seguir llorando siendo abrazada por los dos muchachos que trataban inútilmente de ayudarme a no ceder ante la presión que significaba la aterradora situación en la que nos encontramos.
Mi mente buscó esclarecer lo máximo posible para no ceder ante la locura que amenazaba con arrastrarme pues sabía que no tenía el derecho de dejarme caer; tuve que recomponerme de inmediato al darme cuenta de ello, aún tenía algo que hacer y claramente no debería permitirme estar en este estado justo ahora. Era hechicera por una razón y dejarme gobernar por lo que había pasado solo demostraba debilidad que no debería estar enseñando pues no era justo para ellos.
Me separé de los dos alumnos como pude bajo sus miradas confundidas, mis ojos fueron primero hacia Todou quien se veía muy cansado y realmente mal, si bien logré detener la hemorragia ese corte de extramidad debía ser atendido inmediatamente; luego vi a Itadori, el pobre chico aún poseía esa mirada de terror que presentó hace rato a penas nos encontramos, él presenció las atrocidades que hizo esa maldicion y por lo que infería podría afirmar que perdió el control de Sukuna en algún momento de la noche por todo lo que vi cuando encontré a Megumi. Necesitaba alejarlos de aquí tan pronto como fuera posible para sentirme segura de hacer un despliegue de técnicas sin miedo a lastimarles.
—Escúchenme con atención por favor, necesito que salgan de aquí ahora mismo, los dos — pedí con un hilo de voz pero segura de mis palabras. Me puse de pie y sacudí mis brazos haciendo que unas cuantas gotas de sangre salieran disparadas hacia el suelo, estiré un poco mis extremidades y dejé de llorar en ese instante... Aún no era momento y no debía desviarme de mi misión principal. Era fuerte, era ágil... yo podía con esto, la situación no debía sobrepasarme porque había muchísimas vidas en juego y yo no tenía derecho a darme el lujo de dudar sobre lo que haría después.
—Pero profe…— Itadori rogó porque la situación no se le fuera a salir de las manos. Él estaba muy dispuesto a ayudarme pero yo ya no quería que estuviera en riesgo, perdimos a Nobara y no quería perderlo también a él.
—Escúchame... Aoi y tú están agotados Yuuji, necesito que lo lleves a un lugar seguro con la doctora Shoko por favor, yo aún tengo una misión muy importante que hacer mientras no llegue alguien más, soy la única capaz de hacerle frente a lo que viene— suspiré y borré todo mal pensamiento en mi mente, no era momento de dudar y me convencí de ello de forma casi inmediata. No quería sonar presuntuosa, pero si nuestras sospechas eran ciertas y la situación seguía empeorando, hasta un hechicero de primer grado se vería sobrepasado.
