"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
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Tsuki-
Con rapidez aceleré la hemostasia de su cuerpo para que el sangrado se detuviera aunque gracias a eso consumí bastante energía maldita en el proceso dado que aún no era muy buena manipulando la sangre de otros. No lo curé ni nada por el estilo pero por lo menos evité que se desangrara.
-¿Qué pasó? Suguru por favor dime que estás bien ¿Quién te hizo esto?- cuestioné asustada agitándolo un poco tratando de llamar un su atención - ¿Dónde está Riko?- busqué con la mirada a la chica y no había ni rastro de ella, solo la huella de energía que habían dejado las maldiciones usadas por Geto hace unos minutos y un montón de sangre esparcida por el suelo. Santo cielo.
-Él la mató- susurró adolorido, pero algo estaba diferente en su tono de voz denotando que estaba furioso
-¿Qué? ¿Quién?- pregunté apretando mis puños en su camisa, Geto poco a poco iba recuperando el color de su piel, no podía levantarse realmente por la debilidad que le generaba la pérdida de sangre pero su vida ahora ya no se encontraba en peligro
-El tipo que apuñaló a Satoru hace un rato, el bastardo vino y le disparó a sangre fría... Luna, ella me dijo que quería salir de aquí para vivir una vida feliz sin estar atada al destino del recipiente ¡ella no quería esta vida y ahora está muerta porque no pude hacer nada para impedirlo!- apreté mis dientes ante lo dicho por él. Amanai Riko merecía ser feliz, no estar atada a ese cruel destino.
Geto se veía veía frágil ante lo sucedido que yo realmente podía percibir cada célula de mi cuerpo hervir de rabia al verlo en ese estado.
-Pero ¿ese tipo no estaba peleando con Satoru?- los ojos de mi amigo se encontraron con los míos, no dijo nada, pero me transmitió todo lo que quería decir con su mirada -No puede ser...- un nudo en mi garganta me impidió seguir hablando por unos momentos
-Tienes que ir tras de él Luna, yo estaré bien- tomó mi mano y señaló la sangre que aún reposaba en su pecho, ya no tenía hemorragia pero los restos del líquido carmesí que había perdido estaban ahí- Tómala, te servirá para tu técnica, él tiene una criatura que le ayuda a almacenar armas, quitasela y será más fácil luchar en contra suya- mi mano apretó con demasiada fuerza la suya mientras rápidamente hacia su sangre dos pequeñas cápsulas y las enganchaba a mi cinturón con la esperanza de poder darles un uso en unos minutos
-Pero tú...
-Yo voy a estar bien, pronto vendrá alguien a ayudar, ahora tienes que seguirlo. Se llevó el cuerpo de Amanai- apreté los ojos y soltándolo salí corriendo a la mayor velocidad que mi energía me permitía del lugar.
