"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
"Mi único, cada vez que te veo Quiero apoyarme en ti, quiero tenerte. Con un amor así, incluso el sueño más inmaduro podría hacerse realidad. Ahora lo creo"
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Omnisciente—
Yaga miraba seriamente a sus dos alumnos de clase especial, Tsuki y Satoru estaban a punto de sacar brillos por todas partes gracias a la profunda felicidad que estaban sintiendo, no era para menos. Acababan de casarse en una ceremonia íntima con la presencia de sus dos niños adoptados y sus dos amigos más cercanos.
El ahora director trataba de mantenerse con un gesto indescifrable, sin embargo por dentro realmente sentía muchísima felicidad al ver que esos dos niños a quienes cuidó y guió durante años habían decidido dar un paso tan importante en sus vidas como el matrimonio. Masamichi jamás les cuestionó el que hayan decidido casarse, o bueno, cuando Satoru le contó sus planes tan emocionado como un niño pequeño, no sintió la necesidad o la inquietud de cuestionarle si estaba seguro porque aún eran muy jóvenes, lo cierto es que a pesar de todo, ambos hechiceros eran maduros en ese aspecto y estaban seguros de sus decisiones en su relación incluso mucho antes de entrar en ella, Yaga sabía que para esos dos no había camino en la vida que no implicara estar junto al otro.
Todos comían tranquilamente en McDonald's, algunas personas miraban asombradas a la joven pareja que aún traía puestos sus trajes de boda, la pelinegra llevaba toda la indumentaria a excepción del wataboushi, Satoru portaba su traje de novio con orgullo y parecía no querer separarse de Tsuki por nada del mundo. Resultaba algo cómico de ver cómo era que siete personas estaban sentadas en el establecimiento de comida rápida portando ropas tradicionales y viniendo claramente de una boda.
—Será mejor que sueltes ese nugget, mocoso — Satoru y Megumi estaban enfrascados en una lucha de miradas luego de que la última orden de Nuggets que quedaba en la mesa se hubiera terminado.
—Ni lo sueñes anciano, es mío — le sacó la lengua después de pronunciar aquello.
— Ve y compra otros Gojo, por dios— Nanami le regañaba tratando de apoyar a Megumi, el niño era alguien que le caía muy bien al rubio.
Tsuki observaba todo con una papita a medio comer en su boca, ella estaba más que acostumbrada a ese par de niños, Satoru tenía más que suficiente para ir y comprar otros pero prefería molestar a Megumi. Eso no la puso de mal humor, a decir verdad ese día en específico estaba más que radiante y feliz, había despertado un día normal siendo la novia de Satoru Gojo, repentinamente se volvió su prometida y en un par de horas ya estaban casados, ahora eran marido y mujer… algo que sin duda pasó muy rápido pero que la hacía inmensamente feliz.
