"Cuando la noche se torne carmesí, la unión del líquido vital del poseedor de la técnica maldita perfecta del clan Kamo con el del heredero de los Seis Ojos del clan Gojo, traerá consigo al ser más poderoso jamás visto en el mundo, ningún hechicero...
"I've been watchin' you for some time Can't stop starin' at those ocean eyes"
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Tsuki—
La denominada "Escalera de Jacobo" era un ataque tan brutal que todo el piso bajo nuestros pies se movió al igual que el viento se arremolinó producto de aquel despliegue tan hermoso de energía maldita.
La luz tan intensa que provocó el hechizo de Ángel hizo que entrecerrara los ojos para evitar el dolor que generaba mirarle directamente, era como estar viendo al sol sin ninguna clase de protección ocular. Realmente era un ataque increíble, todos los chicos gritaron del susto o la sorpresa que les causó ese despliegue tan violento de energía, yo sentía como si esto ya lo hubiera visto en algún punto de mi vida… casi como si fuese un Deja vu, comenzaba a acostumbrarme a esto dado que cada cosa que implicara a Hana me generaba esa sensación, sin embargo sabía que no era así, la realidad era que en mi vida había presenciado en carne y hueso una habilidad así puesto que la recordaría. Él viento intenso amenazó con movernos de nuestro lugar pero Yuuta permaneció a mi lado al igual que Maki y Tomoe quienes también se vieron deslumbrados por el ataque de Ángel. Entre los cuatro nos aferramos los unos a los otros detrás de los costales de protección observando todo con mucha atención.
El resto imitaba nuestra acción, estaban las niñas de Kioto, Takaba, Panda, Toge, Hakari, Hoshi, Choso, el extraño Kashimo, Higurama, Shoko, Yuuji y nosotros presenciando todo con lujo de detalle.
Cuando todo el caos se disipó pude observar directamente hacia el sitio donde antes se encontraba la parte trasera de la prisión confinadora, ahora no había nada ahí… giré asustada mirando en dirección a Shoko quien permaneció sentada en su lugar pero se quitó los lentes de sol también con algo de sorpresa. Los jadeos de exclamación por parte del resto tampoco se hicieron esperar, ellos no habían notado la ausencia de Satoru ni del objeto que supuestamente lo estaba contendiendo
—¿Funcionó?— fue lo primero que preguntó Yuuji cuando me levanté de mi lugar y comencé a caminar con rapidez hacia el punto cero al que todos estábamos observando, ahora los nervios estaban a flor de piel. Comencé a entrar en pánico al no ver por ningún lado la parte que poseíamos de la prisión confinadora y por supuesto tampoco estaba mi esposo por ninguna parte. Trastabillé un par de pasos pero seguí con mi camino hasta terminar de rodillas en el enorme cráter producto de la técnica de Hana — Sensei, ¿le molesta si nos acercamos?— exclamó Itadori, no sabía si esa pregunta iba dirigida a mi o a "Satoru" ¿Cómo le decía que mi Toru no estaba por ningún lado? Simple...
—¡No está!— grité nerviosa, Satoru no se encontraba por ninguna parte y nadie decía nada, ni siquiera era capaz de percibir su energía maldita por algún lugar. Tomoe permaneció silencioso pues ni él sabía si el resultado en nuestro tiempo iba a ser igual al suyo, dado que desconocía mucho sobre la prisión confinadora y la forma en la que esta burlaba al tiempo — Oh santo cielo…— juraría que me iba a dar un ataque de pánico, Satoru no podría haber sido borrado de la existencia de esta manera
