Cap3. Bendiciones, veneno y debut

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"Milord, ¿está usted listo?" me preguntó un asistente a lo cual asentí. Había memorizado la partitura de la canción que debía tocar con Rozemyne. Estaba verificando la afinación de mi harspiel cuando comencé a notar sombras yendo y viniendo por el pasillo.

Quería ignorar la agitación para concentrarme en el pequeño concierto con el cual me había comprometido, sin embargo, la asistente de Lady Rozemyne entró de inmediato a la habitación donde estaba preparándome para salir. Su rostro atemorizado y pálido dándome un mal presentimiento apenas verla.

"Milord, necesitamos que revise a Lady Rozemyne en este momento. Tiene dificultades para respirar."

Mi cuerpo se movió antes de que pudiera registrarlo siquiera. Cuando volví a tomar consciencia de mis actos, ya me encontraba revisando a Lady Rozemyne. Su pulso era errático al igual que su respiración, la cual era superficial. Su rostro entero se veía tan pálido, que era imposible notar sus labios y un sudor frío perlaba su frente.

"¿Quién le sirvió la comida?" pregunté de inmediato.

Los asistentes comenzaron a verse unos a otros, palideciendo de pronto.

"Milord, temo que la asistente que se ocupó el día de hoy de la comida de Lady Rozemyne no está aquí."

"¡Encuéntrenla! ¡Qué alguien revise los trastes de Lady Rozemyne en busca de veneno y llamen a Aub Eisenreich de inmediato." Empecé a hiperventilar sin darme cuenta. Ya había perdido a mi hermana pequeña una vez, no podía perder ahora a Rozemyne, no podía permitir que...

"¿Hermanito, está todo bien?"

Por alguna razón me sentí aliviado al escuchar la voz de Justus en la puerta. Voltee de inmediato. Gudrun estaba con él. Yo solo negué con la cabeza, preocupado. Sabía que era envenenamiento, pero no tenía idea de cómo tratarla en esta ocasión. Me sentía superado e impotente.

"Madre nos dio permiso de ir a desearte suerte, pero no te encontramos en la habitación donde debías prepararte" me explicó Gudrun conforme ambos entraban, deteniéndose a dos pasos de nosotros.

"¿Ferdinand, qué...?"

"Está envenenada, solo... no puedo determinar cuál veneno utilizaron... ¡no puedo revisarla de manera adecuada! Yo..."

Justus me hizo a un lado de inmediato, colocando una mano en la frente de Rozemyne y la otra atrás de su nuca.

"De esta manera verificas su temperatura. Está muy fría a pesar de estar sudando. Con esta mano debes inyectar una pequeña cantidad de mana y dirigirla a lo largo de su propio flujo de mana, es incómodo, pero es la única manera de verificar su comportamiento. Lo que le haya ingerido, está descontrolando su mana de un modo extraño." Me explicó Justus.

"Milord, encontramos los platos de Lady Rozemyne."

"Milord, Aub Eisenreich está aquí."

"Milord, la asistente que atendió a Lady Rozemyne está muerta. Los guardias encontraron su cuerpo hace un momento. Hay un líquido café viscoso escurriendo por su nariz y sus oídos."

¡¿Qué demonios estaba pasando ahora?! ¡¿Porqué?!

"Ferdinand, ¿qué le sucede a mi hija?" preguntó el Aub en cuanto llegó a la habitación. Los sirvientes y mis hermanos nos movimos para hacerle un camino hasta el diván donde Rozemyne se encontraba desmayada. Sus labios estaban comenzando a tomar una coloración azul que me tenía demasiado preocupado.

"Envenenamiento, Aub, Eisenreich" logré contestar luego de recomponerme.

"El veneno interfiere incluso con el flujo de mana de Lady Rozemyne" explicó Justus para apoyarme.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora