Cap74. Wiegenmilch y sus ordonanz

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"Pensé que no tendrías hijos." Se mofó Justus sin dejar de caminar a dos pasos detrás de mí.

"¿Si, verdad? ¿No dijo algo sobre haber sufrido un trauma y no sé que más?" comentó Laurenz de inmediato en tono juguetón sin que ninguno de los tres soltara las herramientas antiescuchas.

"De pronto no me sorprende que nuestro hermano gozara de ciertas bendiciones desde sus tiempos en la Academia." Volvió a comentar Justus disimulando demasiado mal su sonrisa burlona.

"¿Cómo...?"

"¡Vamos, Ferdinand! Soy tu erudito principal. ¿Pensaste que no me enteraría?"

"En el templo solo nos preguntábamos cómo las obtuvo" recordó Laurenz todavía molestándome "Lo de verdad increíble es..."

"Si en algo valoras tu existencia, cállate, Laurenz."

La amenaza, aunque sutil, consiguió que ambos dejaran de burlarse de mi apenas verme sonreír con la brillante promesa de hacerlos sufrir de verdad si continuaban, aunque tampoco era cómo que pudiera culparlos. Apenas dio la segunda campanada los convoqué para que me ayudaran a arreglarme y tuve una pequeña junta informativa inmediata con los dos séquitos y todos los sacerdotes de Rozemyne. De hecho, eso último me tenía un poco desconcertado. Frieda, la doncella azul que nos puso al tanto del tiempo transcurrido en cuanto regresamos se la pasó lanzando todo tipo de sonrisas y ojos coquetos a Laurenz... y Alerah parecía más que entusiasmada con el intercambio, así que no sabía si preocuparme o no. El recuerdo de su estúpida charla cuando nos enteramos de la dinámica entre Eckhart y sus esposas no había parado de darme vueltas en la cabeza.

"¿Cuándo se revelará su regreso?" me cuestionó Justus en cuanto llegamos al despacho.

"A mediados del invierno. Galtero volvió obligatorio que todos los alumnos que no estén registrados en los templos de sus ducados participen en el Ritual de Dedicación aquí en la Academia Real. Los horarios están organizados por rangos para evitar que los que tengan menos maná colapsen. Planeo entrar con él a guiar las ceremonias con ayuda de los azules de Rozemyne "

"Los Aubs van a inundarle de ordonanz con preguntas y exigencias si hace eso, milord." Me recordó Laurenz jalando un poco el cuello de su uniforme de erudito.

"Lo sé. Parte del plan de hoy es encontrar una forma adecuada de usar la imprenta de Rozemyne para entregar un boletín informativo a los estudiantes conforme abandonen la sala de oración. Estoy considerando utilizar boletines semanales para regular el flujo de información, de modo que los Aubs estén menos ansiosos para la Conferencia Archiducal. Quiero una transición gradual y tranquila."

Dado que no estábamos usando el manos libres, escuché a la perfección los sonidos de asombro y contemplación en el resto de los eruditos mientras tomaba lugar en el escritorio principal. Apenas tomar asiento, Galtero apareció con ojeras y el rostro de alguien que ha dormido poco y mal o ha tenido un exceso de consumo de cafeína por meses. Supuse que en realidad era una combinación de ambas cosas.

"Zent Ferdinand, aunque su idea me parece, interesante y algo arriesgada, debo insistir en preguntar sobre un tema distinto."

"¿Es sobre Lady Rozemyne?"

Él solo asintió. Los eruditos parecieron contener el aliento en ese momento y yo decidí que, al menos en esto, no iba a seguir los estándares nobles.

"Mi muy amada esposa va a dedicarse a leer hasta el cansancio dentro de la habitación que hemos estado utilizando y sólo saldrá para presentarse en público de ser necesario. No pienso arriesgarme a que sufra por contaminación de maná, así que agradeceré mucho que se me informe si alguien la ve fuera de nuestros aposentos sin una excusa de verdad convincente."

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora