SS de Verónica

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✋ Alto ✋ Hay un capitulo antes, el capitulo nueve, por favor si lo saltaste vuelve a leer o léelo despues, este es un SS despues de todo

Esta Verónica es un poco diferente a la del canon, así que quisimos presentarselas

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A pesar de ser hija de una amante, su padre la había bautizado cómo hija de su Diosa de la Luz, de ese modo, Verónica había subido su estatus por medio de sus esfuerzos en los estudios y mostrando un buen comportamiento, librándose así de una vida como doncella del santuario.

Desde su bautizo como hija de Aub Ahrensbach la criaron para ser una primera dama intachable. Perfecta en cada situación y ella cumplió cada lección, cada expectativa y cada prueba asignada.

No todos sus hermanos corrieron con la misma suerte, siendo educados para ejercer como ministros al ser simples hijos de segundas y terceras damas. Tampoco había rencor entre ellos. Subir o mantenerse en alto estatus era solo una consecuencia de sus propios esfuerzos.

La pequeña niña pronto entró a la Academia Real donde mostró interés en la medicina y excelentes calificaciones, apoyando a sus hermanos y primos más pequeños y de menor estatus cuando le era posible. Nada la enorgullecía más que ayudar a que su Ducado siguiera estando entre los diez más altos de Yurgenschmidt.

Verónica era refinada, hermosa, inteligente. No era un secreto que estudiaba el curso de eruditos con sus compañeros de dormitorio en sus ratos libres aun cuando solo tomaba el curso de Archiduques, así como no era ningún secreto la cantidad de proposiciones que tenía para ser llevada como Diosa de la Luz a otro Ducado.

Cuando fue momento de escoger un marido, su padre le dio una rara oportunidad. Ser ella quien escogiera a su futuro Dios Oscuro.

Y eso hizo.

Adelbert de Eisenreich era un joven amable que conmovió su corazón casi desde que lo conoció. Nunca pensó que se casaría por amor, en su mundo, el matrimonio era un negocio, una transacción hecha entre los padres de uno con beneficios claros. Tal vez fuera por notar que Bluanfah bailaba para ambos que pensó que su suerte era demasiada.

Pero la bendición venía junto con una maldición que los matrimonios políticos evitaban de forma eficiente.

Su amor era tan grande que incluso el compartirlo con otras esposas era terriblemente doloroso.

Cuando Adalbert subió al trono del archiduque de Eisenreich, aún sintiendo que ella misma estaba lastimándose llegó a un acuerdo con su esposo. Decidieron que el tomaría a otra mujer. Solo una más por el bien del ducado, pero no una tercera como era común.

Para suprimir cualquier reclamo de los nobles de su ducado, Verónica tuvo hijos, varios, de los cuales solo tres lograron sobrevivir. Ellos eran sus tesoros más preciados, no solo objetos políticos para que la familia archiducal creciera. Con ayuda de la segunda esposa escogida por ella, otros niños llegaron a la casa archiducal, así que la necesidad de una tercera esposa jamás fue siquiera mencionada.

Verónica amaba a su esposo, a sus hijos y a su nuevo ducado que le había dado tanta felicidad y sentido a su vida. Eisenreich se volvió su Geduldh y el amor que profesaba por el bienestar de su gente le fue siempre devuelto por cada uno de ellos. Ella era, después de todo, una dama amable y perfecta.

Su único defecto, que reconocía solo en la privacidad de su cuarto oculto, era su posesividad para con su esposo. A pesar de los años que había pasado desde su segundo matrimonio, aún le dolía en el alma cuando Adalbert pasaba la noche con su segunda esposa o cuando debía presentarse con ella a reuniones donde la segunda esposa estaba encargada. En días o noches así ella se encerraba en su cuarto oculto a solas por largas horas para observar el cuadro de su esposo y recordarse que era por el bien de su ducado y la paz en su familia.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora