SS. Galtero: Deseo de libertad

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Sin saber muy bien que había sucedido, Galtero de repente se encontró saliendo de su jureve.

Su mente se alejó pronto de ese mundo que era como una neblina cálida y amable que lo envolvía, disipándose con suavidad, de forma amable, trayéndole paz... hasta que los recuerdos de la ceremonia se abalanzaron en su memoria cuando lo último de la poción sanadora salió de sus pulmones.

Aplastado debido al sufrimiento que sentía su prometida a quien no podía sentir en absoluto, la idea de que el sacerdote podía sentirla, tal como clamó, era algo vergonzoso. La idea de que todo eso fue un teatro para evitar su compromiso con ella le pasó por la cabeza, llenándolo de furia.

No entendía como Ferdinand seguía interponiéndose en su camino.

Afirmar algo así y que resultase una mentira pondría no solo al sacerdote en peligro, pondría incluso a la joven princesa en una situación delicada. Ambos podrían terminar encerrados en la torre blanca por engañar a Zent y herir al heredero.

'Ferdinand ¿...qué tan lejos estás dispuesto a llegar para robar lo que me pertenece?'

EL sanador revisó que todo estuviese en orden y al fin le informó lo que pasaría a continuación: "...es por eso por lo que, para aclarar la situación, habrá una reunión entre la familia real y los padres de los involucrados."

"¿Se me permitirá asistir?" preguntó mientras volvían a vestirlo, dirigiéndose a su asistente principal.

"Hablaré con el asistente de su padre para organizarlo." Dijo Leonel haciendo una ligera reverencia.

El día de la reunión entre la familia Real y la Ducal de Eisenreich llegó al fin. Si al menos no hubiera decidido con su madre hacer lo posible por señalar todos los posibles planes perversos de ese sucio sacerdote, no lo habrían sacado para dejarlo encerrado en su villa bajo arresto domiciliario.

Galtero se sintió frustrado cuando otro de los planes de su madre adoptiva fracasó, alejándolo más de su destino.

Los miembros de su séquito interpretaron los sentimientos negativos hacia la reina como malestar al arresto injustificado, por lo cual mostraron su inconformidad a la situación de forma abierta, y si bien agradecía la lealtad mostrada por sus subordinados, sintiéndose un poco reconfortado al notar los leales que eran, en especial los miembros de Klassenberg, la realidad es que sus opiniones se encontraban rayando en la traición a Zent.

"Agradezco su apoyo, pero no repitan esas palabras fuera de aquí." Ordenó y sus vasallos asintieron con una reverencia.

Si, estaba molesto, pero entendió las acciones de Zent. Enemistarse con el archiduque y el heredero del segundo ducado no era idóneo, por si fuera poco, la primera esposa del heredero del primer ducado era hija de Bonifatius, y hermana de Ferdinand.

Galtero sabía lo mucho que ese hombre apreciaba a sus hijos, incluso a sus hijos adoptivos. También sabía que, como mano derecha del archiduque, era una terrible idea ponerse en el lado malo de ese hombre.

Como heredero, Galtero no podía permitirse enemistarse con los primeros ducados.

'La lealtad sin pensar en las consecuencias de sus actos puede ser un poco peligrosa...' pensó para sí. 'Por ahora, pediré que eviten usar los polvos de Gedulh y las lagrimas de Ewigeliebe en la soberanía... derretir un poco el hielo en el corazón de las personas puede poner en riesgo sus vidas.'

Galtero no conocía el alcance de esas medicinas, ni cuanto tiempo duraban sus efectos en las personas, ya que la única vez que las probó, su corazón se sintió ligero por varios días, aun si su madre adoptiva afirmó que no solían durar tanto.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora