Cap71. El enviado. El último nudo

40 5 5
                                    

Dolor. Culpa. Remordimiento. Autodesprecio...

Esas fueron algunas de las emociones que me atacaron cuando observé la pequeña espalda de Rozemyne alejarse de mi y caminar hacia su infierno personal sabiendo que estaba lista para afrontarlo, y todo por mi culpa...

'Fue por su bien. Fue por su bien. Fue por su bien...'

Lo repetía como un mantra dentro de mi mente; porque, aunque sabia que era cierto y que ella ahora sería capaz de sobrevivir, no podía dejar de sentir que algo había muerto en mi en el momento en que Rozemyne dejó de ser Myne...

No lo había notado antes, ella respondía a Rozemyne porque yo seguía llamándola así, pero siempre pensó en si misma como Myne. Se había llamó Myne en el momento en que volvió a ver a su madre, pero fui un tonto.

'Sinceramente no me sorprendería si Rozemyne decide anular nuestro matrimonio apenas vuelva, o me exige le devuelva su nombre...'

Lo peor era que, en este momento, se lo devolvería sin luchar. La amaba, la amaba más que a mi vida al grado que me sometería al harakiri si ella lo deseaba. Lo haría si eso le devolvía lo que le robé.

Respiré hondo cuando me di cuenta de que estaba llorando, tratando de controlar mi llanto sin éxito alguno.

Me agaché sobre mi mismo tratando de contenerme, tratando de contener la necesidad de destrozar todo lo que estuviera a mi alcance, tratando de no comportarme como un animal iracundo... en este mundo existía el maná, podía matar a alguien si no me controlaba.

No tenía cabeza para entender porque aun no estaba frente a los dioses o de vuelta en Eisenreich en mi tiempo a causa del remolino de miseria y angustia que me envolvía.

Cuando fui capaz de calmarme un poco, la sorpresa se llevó mi malestar.

El jardín en el que estaba ahora me era familiar. Fue un jardín que visité varias veces a inicios del salto anterior. No estaba seguro del motivo, pero si estaba seguro de algo.

'Esto no ha terminado.'

La idea de que Rozemyne estuvo en peligro dentro del palacio me hizo entrar en la torre bajo el amuleto de Verbergen.

Para mi, estuve en esta misma habitación hace tan solo tres días, el día que llevé a Rozemyne a despedirse del que fuera su hogar, el día que la ayudé a guardar todo lo que no podía llevarse a Eisenreich, como los libros que le hice y el material de estudio que prometió recuperar un día ya que eran su tesoro.

No pude detenerla aun a sabiendas de que, cuando fuera el momento, no querría nada de eso... no querría recordar o recuperar nada del hombre que le robó su infancia y...

'¡Basta! Puedes odiarte o esperar a que tu esposa te diga cómo se siente. ¡Concéntrate! Ella no es inmadura o infantil, será difícil, pero podrán superarlo. No lo decidas por tu cuenta, no pierdas la fe en ella. Myne te está esperando. Incluso si no te recuerda, ella sabe que perdió lo más importante. Myne te está esperando.'

Casi tropecé en mi camino a la habitación de Seradina cuando mi inconsciente comenzó a regañarme. Por poco no pude reconocer la voz en mi cabeza. Mi subconsciente solía burlarse de mi, no animarme, por lo que no sabía que pensar.

Respiré hondo. Esto aun no terminaba. Cuando volviera, dejaría que Rozemyne me juzgara. Debía confiar en ella. Debía confiar en que podríamos superarlo, como Ewigeliebe y Geduldh.

"Si me rindo ahora, si dejo de confiar en ella, entonces esto no tiene sentido." Murmuré para mí.

En el tejido que debió ser, repetí mi vida como Tetsuo, pero tuve gente a mi lado. Personas a las que quería, mis sobrinos, mis primos, maestros, amigos, rivales, mucha gente se quedó conmigo y me apoyó, pero ella...

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora