Por favor, espera un momento. ¿Has leído ya el capítulo 56? ¿No?
Entonces vuelve, este SS es un regalo para ustedes
Si ya lo has leido, disfruta.
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"¿Pero estás seguro de que...?"
Justus soltó un sonoro suspiro que interrumpió a su mujer sin darle ocasión a seguir con su pregunta, mirándola con un rostro algo amargo al saber que no le estaban creyendo ni un poco.
"¡Por la diosa de la luz! ¡La vi salir de la habitación oculta de mi señor! ¡Y todavía dijo al vernos que pensó que estaba solo!"
Ambos guardaron silencio, mirándose el uno al otro desde sus lugares que ahora eran usuales cuando pasaban la noche en la villa de Rozemyne. Al final, y luego de dar cada quien un pequeño trago a sus copas, Margareth fue la primera en romper el silencio.
"¿No habrá usado Lord Ferdinand el extraño aparato que muestra espejismos? Quizás decidió jugarles una broma."
Justus la miró con mala cara y una sonrisa sarcástica, como si Margareth hubiera afirmado que Ferdinand tenía tres ojos y cuernos creciendo a cada lado de su cabeza.
"¡Claaaaro! Como él y Laurenz son taaaaan parecidos."
Margareth le dio un trago a su vize antes de rellenar las dos copas. Sus ojos a medio cerrar y su semblante poco impresionado. Justus sabía que ella se sentía tan jodida como él en ese preciso momento porque él no pudiera concederle que su teoría fuera correcta.
"Bien, bien. Prometo que voy a revisar la habitación oculta de mi señora en busca de un pasadizo secreto o algo... Pero en serio, dudo que tal cosas exista."
"Gracias" suspiró Justus antes de darle un gran trago a su vize, dejando su copa medio vacía, sintiéndose un poco más tranquilo. La sola idea de que esos dos hubieran encontrado un modo de crear un túnel subterráneo para unir las habitaciones ocultas o alguna manera de enlazarlas lo tenía bastante preocupado. Permiso o no, si la princesa se hacía con la carga de Geduclh demasiado pronto, no solo hablarían mal de su hermano pequeño a sus espaldas.
"Aunque bien pudo ser una broma de parte de Alerah y de mi señora..." insistió Margareth sin dejar de mirar el líquido en su copa, misma que estaba girando de manera un tanto desinteresada "Quizás capturaron su imagen y voz hace tiempo saliendo de la habitación oculta de mi señora y encargaron a Laurenz que preparara todo."
Justus tuvo que considerarlo, dando otro sorbo que casi termina con su trago para luego golpear su cabeza contra la mesa.
"No considero a Laurenz tan inteligente, pero..."
"Deja de estar refunfuñando y mejor ven a mi habitación." Le regañó Margareth con un tono repentinamente sugerente que lo hizo mover el rostro lo suficiente para ver esa sonrisa confiada y sensual que solo ponía para él "Necesito ejercitarme."
Una sonrisa socarrona se plasmó en su rostro además de una tener de pronto verdadera motivación para sacar de su cabeza todos los problemas políticos que los juegos de su hermano y su prometida pudieran causarle. Margareth era hermosa. Era ágil. Demasiado flexible si le preguntaban. Y sabía como hacerlo dar vueltas alrededor de su dedo meñique si estaba de humor, lo cual no era algo usual.
"¿De qué manera quieres que te ayude, querida?" ronroneó la última palabra.
"Solo obedece y prometo no lastimarte demasiado." Respondió su esposa dejando su copa ya vacía sobre la mesa, poniéndose en pie seguida por el de manera inmediata. "Espero que trajeras pociones para recuperar fuerza física."
"Siempre, Maggie." Aseguró Justus antes de dar dos pequeñas palmadas a los viales en su cintura porque era cierto. Nunca sabía cuándo podría pasar la noche con su esposa... o cuando ella le dejaría hacer algo más que conversar y la joven era más que exigente cuando estaba de humor. "Guía el camino, por favor."
Margareth dejó escapar una risilla divertida y comenzó a contonearse un poco delante de él, que caminó como hipnotizado y contento, dejando todo problema, urgente o no, en el completo olvido.
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"¿Seguro que no fue una broma de Justus o de Ferdinand?" preguntó Alerah en una villa distinta a la de su compañera. Era su turno de pasar la noche en la villa de Ferdinand para estar con Laurenz, quien ahora se encontraba afanado en masajearle los hombros luego de ayudarla a ponerse su ropa de dormir "¡Prometo que dejé a mi señora en su habitación!"
Laurenz sonrió con cansancio. Si bien la semana había sido divertida, también lo habían tenido corriendo de un lado para el otro y esa era la primera noche que tenía ocasión de pasar más de cinco minutos en compañía de su esposa.
"Ferdinand estaba muy avergonzado como para que fuera una broma querida. Y Justus no tiene tanta imaginación."
Una mano lo hizo detenerse y pronto los ojos de su esposa se encontraron con los de él, cargados de preocupación y de una nota de incredulidad.
"Pero..."
"Te digo que aquí hay algo raro" sentenció Laurenz, ayudando a Alerah a ponerse en pie y escoltándola a la cama, levantándola en brazos para depositarla en el lecho y subir detrás de ella, más que dispuesto a solo dormir "Digo, si tienen una forma de ir a la habitación del otro, ¡¿porque no compartirla?! Así no tendríamos que pasar todas las noches separados."
Alerah dejó escapar una risita divertida antes de darle un manazo en el hombro a Laurenz, sentándose en su regazo de inmediato para poder besarlo, todavía sonriendo divertida.
"Laurenz, tienes las bendiciones de Brëmwarmë y Beischmacht demasiado subidas en la cabeza."
Ambos se rieron por eso último antes de meterse bajo las cobijas para poder abrazarse y dormir. Laurenz no iba a negarlo... así cómo no negaría que ahora atesoraba demasiado el tiempo que podían pasar solos en compañía del otro.
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El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!
FanfictionTenia cinco años cuando sus recuerdos volvieron Había sido un importante Cientifico Investigador. Un cientifico loco, como su mejor amigo solía llamarlo. Pero ahora no importaba, había renacido en un mundo cuya civilización y cultura le impedían seg...