Cap2. La pequeña Santa.

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Estaba preocupado cuando llegó el momento de la ceremonia de oración. Lady Rozemyne se encargaría del territorio de control directo y yo tenía que acompañarla. Si iba a Wolf, el alcalde me reconocería, no había forma de que no lo hiciera.

Cuando el carruaje partió para la ceremonia, mientras nos acercábamos al pueblo, Lady Rozemyne bajó de su asiento y escaló por mi túnica, otra vez, para abrazarme.

"No dejaré que te vean" me dijo con una sonrisa "te dije que te protegería" me recordó y ordenó que me quedara en el carruaje.

Finalizó la ceremonia de oración mientras yo observaba desde la ventana del carruaje. Tan pronto como terminó, se despidió y subió conmigo. El camino hasta el siguiente pueblo fue largo, por lo que ella se quedó dormida.

Lady Rozemyne a veces actuaba como una bebé. No podía evitar preguntarme qué tipo de vida había llevado antes, siempre parecía necesitar afecto físico.

"En las noches, mamá me acostaba junto a mis hermanas y primas, creo. Solo recuerdo que se quedaba conmigo hasta que me dormía."

"Siempre estaba a mi lado cuando despertaba."

"Mi mamá a veces estaba enferma, pero aun así se quedaba a mi lado."

"No sé porque, pero a veces escuchaba que mis primas y tías sufrían durante la noche. Siempre se estaban quejando. Mi mamá me abrazaba y cantaba para mí hasta que volvía a dormirme."

Mientras me contaba sobre su pasado, no podía evitar pensar en el distrito rojo de mis días como Tetsuo. Según sabía, cuando las trabajadoras tenían hijos, siempre dormían a sus hijos antes de que llegaran los clientes, pero eso era ridículo. Era ridículo que hubiera un lugar así en Yurgenschmidt.

"Lady Rozemyne, despierte. Estamos por llegar al siguiente pueblo."

La ceremonia de oración concluyó. Cenamos con los ciudadanos, escuchamos música que festejaba la llegada de la primavera y nos instalamos en las habitaciones, no en las que normalmente usarían los sacerdotes azules, si no en las que eran para los nobles.

Durante las siguientes dos semanas la rutina se repitió. Desayunábamos en el pueblo. Partíamos al siguiente. Nos deteníamos para comer en alguna finca giebe y cenábamos tras realizar la ceremonia de oración. Solo visitábamos dos aldeas por día.

Cuando regresamos al templo me mudé a la habitación del Sumo Sacerdote. Mi madre la había preparado durante mi ausencia. Aparentemente yo era el único que no sabía que sería asignado al puesto. Ya que los muebles se habían ordenado desde el invierno.

Lady Rozemyne comenzó a recibir costureras y artesanas en su habitación, mientras se preparaba para su bautizo. Tenía entendido que la primera esposa de Aub, Lady Verónica, la bautizaría.

Entonces ¿por qué mi madre se está encargando de todo?

Poco antes de que la primavera terminara, Lady Rozemyne había solicitado al gremio de comerciantes que le mandaran algún comerciante que estuviera dispuesto a arriesgarse con proyectos que no tenían garantía de funcionar. Solo un hombre se arriesgó. Un comerciante llamado Benno.

Aún no había alcanzado la mayoría de edad, pero estaba decidido a crear su propia tienda junto a su prometida.

Lady Rozemyne le entregó las dos muestras que se habían hecho y me pidió que explicara la situación.

"Este producto sirve para limpiar y dar brillo al cabello, sin embargo, existen dos versiones. La sencilla y la que será vendida a nobles."

"¿Cuál es la diferencia?" preguntó.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora