Cap24. El calor del verano

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Notas de las Autoras:

Querido lector, te recordamos que, debido a un excedente de capítulos en esta historia y muchas ganas de compartirlo con ustedes, hemos decidido publicar un poco más de cuatro capítulos esta semana. Este es el quinto capítulo de la semana y el primero del miercoles. ¡Que lo disfrutes!

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Durante la conferencia de archiduques de este año, Rozemyne, Brunhilde y yo permanecimos en el castillo, ayudábamos con el papeleo y mis compañeros se aseguraron de traernos el trabajo del templo para que no se acumulara.

Yo ya tenía mi propia habitación, en cuanto a Brunhilde, ella se encontraba usando los aposentos y antiguos muebles de Georgine, al menos hasta que los suyos estuvieran listos.

Rozemyne y yo terminamos ofreciendo maná al mismo tiempo, como era inadecuado que nos quedáramos solos, mi padre adoptivo entro a supervisar la oración, no porque no confiara en nosotros, simplemente por una cuestión de decoro. Me sorprendí un poco cuando ella comenzó a cantar una oración que me era conocida, y comencé a recitar con ella por instinto.

"Soy alguien que ofrece oración y gratitud a los dioses que han creado el mundo. Oh poderoso Rey y Reina de los cielos infinitos, Oh poderosos Cinco Eternos que gobiernan el reino de los mortales, Oh Diosa del Agua Flutrane, Oh Dios del Fuego Leidenschaft, Oh Diosa del Viento Schutzaria, Oh Diosa de la Tierra Geduldh, Oh Dios de la Vida Ewigeliebe. Te honramos que has bendecido a todos los seres con vida, y rezamos para que seamos bendecidos aún más con tu poder divino".

"Muy bien, es suficiente", nos detuvo Bonifatius, observando la herramienta mágica antes de observarnos a nosotros "¿Qué fue esa oración?", preguntó.

"La oración de dedicación", explico Rozemyne poniéndose de pie, "¿No lo cantan así ustedes también?"

"No... es la primera vez que lo escucho, solo colocamos nuestras manos en el circulo mágico y dejamos fluir el maná, ¿Cómo Ferdinand la conoce?"

"Es la oración de dedicación", repitió ella antes de mirarme, "la usamos en el templo al ofrecer maná en invierno."

"¿Por qué la usas aquí?", cuestionó él, me sentía en un partido de tenis.

"Siempre la uso, para dedicar mana a los dioses"

"No estamos en el templo"

"El castillo fue hecho con la magia de creación, recibimos los nombres de la pareja suprema mediante una oración, la protección divina con una oración, el jardín existe porque los dioses nos lo dieron, rezar es parte de la vida, los nobles pertenecemos al templo, pero lo olvidaron."

La mire en silencio, mi padre adoptivo me miro antes de volver a mirarla, Rozemyne sabía demasiado, como si hubiera recibido ya una parte del curso de candidato a archiduque, aunque no era el caso.

"Enséñame la oración, parece más sencillo ofrecer mana al cantarla", dijo él al final, antes de indicarnos que debíamos salir.

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Habia disfrutado mucho este tiempo de conferencia, Rozemyne siempre iba a mi dormitorio durante las noches, hablábamos hasta quedarnos dormidos y despertábamos con la primera campanada, cuando ella volvía a su habitación, se sentía bien saber que nada cambiaba entre nosotros, pero en algún momento también comenzó a ser frustrante, no entendía que era lo que me resultaba frustrante, así que me calle y seguí disfrutando de la rutina, al menos hasta que Rozemyne también comenzó a sentirse frustrada con algo o por algo.

Habían pasado tres semanas cuando se avisó que la pareja archiducal pronto regresaría. La reunión informativa se programó para tres días después.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora