Cap33. El rostro de Chaocipher

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Me preparé para partir una última vez, tentado de no volver a salir, pero Rozemyne me sugirió que retomara como estaba pensado. De todas maneras, este viaje sería corto.

"Debemos realizar el festival de la cosecha, así que igual saldré de viaje. Aprovecha hasta el último momento. ¿Presentarás el estudio este año, cierto?"

Asentí más resignado que tranquilo e igual sonreí para evitarle preocupaciones a mi prometida.

"Gracias Rozemyne. Te veré en el torneo de caza."

Me despedí de ella besando sus dedos, observándola sonreír, haciéndome sentir feliz y en paz solo con eso.

Antes de poder subir al círculo de teletransporte, Margareth se me acercó. En esta ocasión Laurenz se quedaría. Debía prepararse para el invierno y como sacerdote sin padres, el festival de la cosecha era una fuente necesaria para él.

"Lord Ferdinand ¿Está seguro de dejarlo incluso si usted se va de viaje?", me cuestionó la ninja, un poco preocupada, "Principalmente ahora que los rumores sobre Lady Rozemyne y Traugott se tranquilizaron. No quiero invitar más ordonnaz mal intencionados."

Sonreí para calmarla, recordando que Alerah podría ser una asistente, pero era tan buena como un erudito controlando la información:

Lady Rozemyne quería fabricar una nueva moda que pudiera ahorrar el maná. Ropa que, si bien era un poco ajustada, era efectiva e iba debajo de un nuevo tipo de túnica. La moda se diseñó como una armadura que solo se activaría si la persona estaba en peligro. Su prometido encontró lo que denominó como harbenita, un metal super resistente y muy ligero, de modo que el atuendo no pesaría nada. Además, ya que el metal era super conductor de maná, no se necesitaba mucho para activarlo, lo cual lo volvía adecuado incluso para los laynobles.

Para poder crear el primer juego para su prometido, el cual se encontraba lejos en una investigación que estaba trayendo una mejora tras otra en favor de la población del Ducado, Lady Rozemyne estaba apoyándose en uno de sus caballeros de escolta para ajustar los diseños. En ningún momento se le obligó al caballero a ayudar. La asistente Alerah le solicitó su ayuda después de que el joven se unió al séquito de su señora pensando que era ideal para ser un tester, ya que tenía un cuerpo delgado y musculoso. Si él podía moverse con facilidad, ¡cualquiera podría hacerlo!

Sin embargo, el caballero pensó que podría jugar a Ewigeliebe y Gedulh con la asistente de la princesa santa e incluso tal vez, con la princesa santa. El caballero se irritó cuando supo que no podría teñir a ninguna y finalmente vio todo el trabajo que la nueva moda implicaba era mucha, ya que estaban pensando en la movilidad y comodidad, por lo que serían inservibles sin tantas pruebas.

Me reí mucho cuando Rozemyne me contó la historia que ahora estaba circulando. Incluso pensé que debería sentir lástima por ese mal nacido o su futuro que pintaba muy triste si se quedaba en el ducado. Pero había insultado y empujado a Rozemyne sin importarle que ella fuera su señora o las consecuencias que podría tener.

Sonreí mirando a Laurenz de pie atrás de Rozemyne, así como la mirada casi suplicante para que lo llevara. No quería quedarse solo con Alerah y su señora ahora que sabía a quién estaba protegiendo en realidad.

"Por completo. Le hice un hechizo especial y ahora un shumil sería más descarado frente a Rozemyne", le dije riendo. Si ese idiota no me hubiera fastidiado tanto, habría accedido a llevarlo conmigo, "así que no te preocupes, Margareth. De todas maneras, él tiene su propia investigación"

Miré a mi amigo antes de gesticularle lo más lento posible 'me la debías' para que pudiera leer mis labios, aunque lo dije en japonés de modo que nadie más que él entendiera.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora