Cap36. Los planes de Glücklität

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Tres días después de que la reunión informativa, retomé mi viaje de estudio. Íbamos a explorar el monte Lohenberg. Era una zona volcánica, por lo cual pensé que podría encontrar algunos materiales interesantes.

Laurenz estuvo extrañamente sonriente todo el camino, pero aún no me había dicho nada, aunque tenía la sospecha de que querría matarlo en el segundo que lo hiciera

"¿Así que... le vas a cumplir la fantasía del profe chan?", me preguntó después de la cena, antes de entrar en mi campamento. Aunque esta vez, no entendí de que hablaba.

"No sé de qué idiotez estás hablando ahora, Laurenz, pero deja de burlarte", solté un poco irritado. Muy tentado a obligarlo a tratarme como a un candidato a archiduque y no como su amigo.

"¡Oh, por favor! No puedes no saber de ese fetiche de algunas chicas que les coqueteaban a sus profesores", dijo con una sonrisa cargada de incredulidad, "¡¿Sabes lo recurrente que era esa fantasía?! Mi página de porno favorita tenía una sección completa dedicada al fetiche del profe o la maestra sexi", soltó ahora si riendo con una sonrisa estúpida como si recordara algo muy feliz. "Akane y yo incluso tuvimos juegos de rol de ese tipo."

Sentí que no solo mis orejas, si no todo mi rostro se sonrojaba ante sus insinuaciones

"¡Esto no tiene nada que ver, tú, pervertido sin remedio!"

"Claro, claro." El pervertido frente a mi ahora estaba casi doblado sobre sí, sin dejar de reír. "Apuesto un mes entero de mis ganancias a qué va a aprovechar para llegar antes a seducir a su profe Ferdinand."

Dos semanas después quise matar a Laurenz por un motivo diferente.

Le había regalado un prototipo de la cámara 'instantánea' para hacer fotos que pudieran enviarse, la cual dejó en el templo para que su novia pudiera mandarle fotos. Ese día llegó a mis manos una caja misteriosa entre la correspondencia. Al abrirla encontré dos paquetes. Uno para Laurenz y otro para mí.

En mi paquete venía una carta de Rozemyne y un par de fotografías donde podía ver su highbeast modelada igual que yo con la ropa que me estaba preparando. Tenía al menos tres juegos nuevos, la estética era la misma, pero no lucían como una copia uno del otro, y luego...

"¡Laurenz!"

Que estuviéramos los dos apartados del resto en la habitación donde pasaría esa noche evitó que alguien más espiara las imágenes... y me obligaron a ser el único testigo de la cara de inmenso placer en el estúpido Otaku pervertido que jugaba a ser un caballero mágico o algo como eso.

"¡Ferdinand, no sé cómo voy a pagarte por esto y...!"

"¡Dile a Alerah que deje de meterle ideas retorcidas a Rozemyne en la cabeza!"

"¿Eh? ¿Retorcidas?" preguntó confundido antes de fijarse en las fotos en mi mano y luego mirar las que estaban en la suya, sonrojándose y entrando en pánico "¡Ay, no! ¡Dime qué no te enviaron un pack a ti también!"

Por suerte no había ninguna imagen de desnudos entre las imágenes que me enviaron. Junto a las fotos de mi próximo obsequio figuraban también una foto de Rozemyne con un vestido negro de gothic Lolita con la falda levantada a medio muslo para que pudiera ver las medias blancas sostenidas por un par de listones de encaje que formaban la imagen de 'medialuna' que tanto adoraba ver Shuu en mangas escolares y luego un par de fotos de ella usando dos corsés diferentes, uno con unas bombachas blancas y la otra con algo más parecido a la ropa interior de tenista demasiado insinuante para este mundo. Que además encontraran un modo de aparentar que su busto era más grande que en la realidad me tenía demasiado angustiado ahora. No tardé nada en quemar esas últimas dos imágenes.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora