Cap62. Gebotornung vs Brëmwärme

64 5 4
                                    

"No quiero que tomes su nombre."

Mi declaración fue dicha en un murmullo que intentaba mostrarse menos decidido o exigente de cómo lo sentía.

No solo porque entendiera el profundo significado de la piedra del nombre y las implicaciones de exigir uno, más allá de la moral, noble o no... le había ofrecido mi propio nombre a Rozemyne para cuando uniéramos nuestras estrellas debido al enorme deseo de sentir su maná abrazado a mí todo el tiempo mientras ella tenía la autonomía de ir y venir a voluntad... Galtero aceptaría sin pensarlo con tal de tener esa misma sensación, a diferencia de Alerah o Margareth que entregaron sus nombres por lealtad.

Quizás algo de mis emociones terminó filtrándose en mis palabras, porque Rozemyne se hizo para atrás, despegando su rostro de mi pecho para mirarme con una sonrisa divertida, burlona, y demasiado pagada de sí misma.

"Mi Geduldh se vuelve cada vez más Ewigeliebe. Quizás debí sugerir eso antes."

La solté de inmediato, cruzándome de brazos y dándole la espalda, sentándome en la tumbona de mi habitación oculta sin darle importancia aparente a lo que ella estuviera haciendo, escuchándola reír como una niña pequeña.

"¿Quieres mi hielo solo para ti, Ferwigeliebe?" susurró su voz cerca de mi oído haciéndome voltear lo suficiente para notar que ella seguía de pie junto al círculo que unía nuestras habitaciones. Estaba usando el blatand para mantener la distancia que yo mismo impuse.

Me negué a contestar de inmediato, respirando para calmarme un poco y pensar.

Apenas ella entró en mi habitación con esa sonrisa demoníaca en el rostro, la abracé. Le besé el cabello y la frente sintiéndola menos tensa, casi tranquila cuando alcé su cara para poder besar sus ojos, sus mejillas y sus labios. Si, era una forma cobarde usar afecto para calmarla y protegerme de su ira luego de tratar de robarme el apoyo de Eglantine, pero también ardía en deseos de llevarla a mi cama y ver si lograba hacerla olvidar su enfado hacia mí. Sentirla responder a ese beso tranquilo, sentir sus manos cargadas de maná pasear de mi pecho a mis hombros y cuello me relajó lo suficiente para soltar sus labios y susurrarle mi demanda en un mal momento. Quizás debí esperar a que ella sola sacara ese tema, pero su maná debía tenerme intoxicado de alguna forma.

"Creo que firmar un contrato nivel país con él es más que suficiente para protegernos en caso de que, en efecto, lo usemos para tomarnos unas vacaciones antes de ascender al trono." Respondí al final, un poco incrédulo de estar de verdad de acuerdo en tener una larguísima luna de miel con Galtero cubriéndonos las espaldas.

Rozemyne no tardó nada en subir a la tumbona y abrazarme desde la espalda, mordiendo una de mis orejas y arrancándome un suspiro de satisfacción solo con eso.

"Alguien parece muy celoso de un mero Archinoble." Se burló ella de inmediato, mordiendo mi cuello y dejando que el maná escapara por su lengua con toda libertad, llevándome a tragarme un jadeo.

"Ese... mero Archinoble ha estado... soñando toda su vida con dos cosas... y solo estoy dispuesto a dejarle tocar una."

Ella me soltó con un curioso sonido de /plop/ y luego procedió a abrazarme más, permitiéndome sentir su exuberante busto en mi espalda y su mejilla siendo frotada contra una de las mías. Estaba sonriendo, eso era seguro, ¿qué tipo de sonrisa? Esa era la cuestión.

"No sé cuál versión de ti me gusta más; mi lindo y dulce Geduldh o un celoso Ewigeliebe."

Suspiré aferrando sus manos con una de las mías y llevando la otra hacia atrás, hasta poder enredar mis dedos con su cabello suelto.

"Si sigues jugando vamos a terminar invocando al invierno sin llegar a un acuerdo sobre Galtero y se supone que esa es la razón de pedirte vernos aquí."

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora