Cap52. Los Emisarios de las Puertas

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"... y es así como finaliza la era de Zent Waldifried y llegamos a la era de Zent Trauerquel"

Lady Seradina me sonrió de la misma forma que mi madre... cualquiera de ellas, cada vez que les explicaba algo que ellas ya sabían.

"Profesor Ferdinand, le recuerdo que yo era casi una adulta cuando la guerra inicio. ¿Podríamos estudiar algún tema del programa de candidatos a Archiduques?"

"Me gustaría aplicarle una prueba de prácticas para verificar que recuerda las fechas y eventos más significativos de los últimos 200 años de historia antes de dar por concluida la lección de hoy", comenté tomando una prueba que estuve redactando la tarde anterior y haciendo una seña a Justus para que colocara sobre la mesa un libro bastante grueso, "luego de eso, le entregaré este libro sobre el curso que desea para que lo revise mientras estoy en Ahrensbach."

La madre de Rozemyne miró el libro con grandes ojos y luego soltó una pequeña sonrisa divertida y controlada, aceptando el examen y colocándolo boca abajo sin dejar de mirarme.

"Mi pequeña Rozemyne tiene razón. No puedo imaginar que se comportara usted de este modo serio y centrado cuando era todavía un estudiante."

"Hablando de Rozemyne, creo que se sentirá... más que orgullosa cuando le indique lo rápida que es su madre para captar la información que se le enseña."

Otra sonrisa amable y divertida, perfectamente controlada y la mujer frente a mí le dio la vuelta a la hoja, tomando la pluma a su lado para cargarla con tinta conforme leía las preguntas y comenzaba a escribir en ella.

"Mi niña siempre ha sido muy amada por los Dioses, y sé que ella haría todo lo que los dioses le indicaran, incluso subir y quedarse entre ellos antes que todos los que estamos aquí ahora..." la mano que escribía se detuvo entonces. Un par de ojos cargados de preocupación y brillantes como gemas a la luz del sol me miraban ahora, ignorando por completo la actividad a mano "sé que debemos seguir la voluntad de los dioses, y que ellos no son los únicos que aman a mi niña. Así que, por favor..."

Ella no terminó su petición y yo asentí. Debía protegerla y para tener la oportunidad de ello era que estaba dándole clases a esta mujer a pesar de sentirme tan enfermo por sobrecomprimir con un par de pasos extras... era la razón para esta gira tratando de ganarme el respaldo de algunos de los Ducados grandes y, por consiguiente, de los Ducados pequeños y medianos que tenían asilados.

Aproximadamente media hora después me encerré en mi habitación oculta para descansar. La cantidad de pociones que tuviera que utilizar en la siguiente puerta me ayudaría a medir cuánto maná había logrado incrementar y luego... luego visitaría Ahrensbach para intentar convencer a Georgine con el problema de los Lanzenavianos. Tenía un par de propuestas que hacer que tal vez Rozemyne hubiese mencionado mientras yo estaba en Drewanchel, después de todo, ambos teníamos la sabiduría completa y ambos sabíamos la historia de Lanzenave y del palacio de Adalgisa

"Ten un viaje fructífero, Rozemyne."

"Espero que Erwachlehren te ofrezca su bendición, Ferdinand." Sus ojos vagaron un momento a Margareth y Alerah que la esperaban, dándoles permiso para despedirse de sus esposos, después de todo, solo estábamos nosotros seis, "Ferdi... espero que Flutrane, la diosa del agua tenga a bien permitirte el consolarla en su lamento."

Justus y Laurenz me miraron confundidos solo un momento mientras Rozemyne entraba en el circulo de teletransporte y las luces doradas y negras la envolvían. Lo ultimo que vi de ella, fue su mirada suplicante antes de desaparecer.

Desperté sintiéndome un poco inquieto. Los días que ambos permanecimos en la soberanía ella no mencionó mi repentina aparición a su lado en la puerta de oscuridad. Su despedida, estaba seguro, había sido una petición velada para que volviera a ayudarla.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora