Cap61. El Hermano Incómodo

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Cuando el día terminó, mientras mis hermanos y Lazfam me preparaban para dormir y Eckhart guardaba la puerta, el joven caballero se aclaró la garganta, quizás contagiado por el ambiente holgado a mi alrededor, llamando mi atención en lo que Lazfam terminaba de trenzarme.

"¿Sucede algo, Eckhart?"

"Si, bueno... me, me preguntaba si podría solicitarle un favor... si no es demasiado."

Lo consideré un momento. Eckhart se estuvo esforzando mucho en servirme incluso antes de darme su nombre haciendo un trabajo impecable la mayor parte del tiempo, de modo que asentí.

"Mi esposa, Heidemarie, quién sirve a Lady Elvira, está con la carga de Geduldh."

Asentí para invitarlo a continuar, recordando de pronto que Elvira era una noble Leisegsng que se había casado durante el verano con Karstedt, el primo de Sylvester y Rozemyne... Y mi otro hermano y de Eglantine por adopción.

"Ahm... ¿podría obsequiarme una pequeña piedra Fey con su maná, mi señor? Ya que recibimos la carga luego de dar mi nombre, nos ayudaría para mantener sano a nuestro bebé... si no es una petición demasiado arrogante, por supuesto."

Le hice una seña a Justus y pronto tuve una piedra bastante pequeña que llené como si nada, permitiendo que se la entregarán a Eckhart y recordando de pronto que él no tendría más oportunidades de volver a Eisenreich con su esposa.

"Eckhart, ¿cómo planeas entregar mi maná a tu esposa Heidemarie?"

"Angélica le llevará la piedra. Ella visita a Heidemarie cada tres días... algo sobre, Heidemarie consintiendo a Angélica y probándole ropa para asegurar que tenga un guardarropa adecuado."

Laurenz soltó una leve risita, quitándole la piedra a Justus para ir a abrazar a Eckhart y entregársela él mismo.

"Así que dos esposas, eh. ¡Yo también quiero vivir ese sueño, Lord Eckhart! ¿cómo funciona?"

No pude escuchar más. Eckhart estaba sonrojado y Laurenz se las ingenió para sacarlo de mi habitación en lo que Lazfam se despedía y me quedaba a solas con Justus. Por supuesto, apenas todos salieron, mi hermano se dejó caer en la silla más cercana con un largo suspiro de derrota.

Lo miré comprendiendo que debía estarse sintiendo responsable de alguna catástrofe. Decidí relajarme y escuchar. El pobre hombre se mostró incómodo y culpable todo el día a pesar de seguir haciendo su trabajo con la misma eficiencia de siempre.

"Ferdinand... lo, lo siento mucho. De verdad lo siento. No debí acorralarte de ese modo."

"Está bien, Justus. Iba a pasar tarde o temprano y... yo... no me arrepiento."

Eso me sonrojó bastante y lo relajó a él de inmediato. Casi parecía a punto de llorar de alivio. Entonces, luego de un par de segundos volvió a ponerse serio, mirándome de nuevo en su papel de hermano mayor y dejándome saber que las cosas irían mejor ahora.

"Antes de que me regreses a mi... versión idiota y adicta... por favor, no vuelvas a escucharme si me pongo demasiado pesado. Devuelve mi nombre si es necesario y... Ferdinand... respecto a la princesa, ¿tengo que asegurarme de que estén solos durante...?"

Me sonrojé de nuevo, cubriendo mi cara con una mano antes de respirar y responder sin poder mirarlo a la cara.

"Les agradecería que me dejen solo, sí, pero no vamos a... todo el tiempo... yo, accedí a... bueno... de vez en cuando. No quiero distraerla demasiado de sus obligaciones o... arriesgarla. Tú, tú sabes."

Justus asintió bastante más tranquilo ahora, sonriendo incluso antes de levantarse y apretar mi hombro de un modo bastante fraternal que me hizo quitar del todo la mano en mi cara.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora