SS de Rozemyne. El Jardín que se Destruye.

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"Luego de verificar toda la evidencia y considerar el caso, se le sentencia a muerte por destrucción de su medalla de bautizo." Anunció Zent a la delegación de Eisenreich de la que Rozemyne formaba parte.

"¡Dénmela! Yo lo haré." Exigió la víctima, la misma Rozemyne con un fuego en su interior que clamaba venganza por todo el sufrimiento al que había sido obligada a soportar desde pequeña.

Ferdinand, su amado Ferdinand cómo siempre, no dejaba de pensar en ella cuando levantó la voz sin dejar de mirarla "¿No será demasiado?"

"He fantaseado con esto mucho tiempo. ¡Ella no merece conocer a la pareja suprema!" fueron las secas y contundentes palabras que salieron de la boca de Rozemyne, provocando que Ferdinand levantara una ceja, Lady Verónica se tomará de las manos sin atreverse a levantar la mirada oculta debajo del velo y su padre, Aub Eisenreich tragara con algo de dificultad.

"Lady Rozemyne" habló el Zent con la voz cargada de cierto malestar que intentaba disimular sin mucho éxito "comprendo su deseo de retribución, sin embargo, es mi deber como Zent juzgar y llevar a cabo la sentencia."

Estaba furiosa y frustrada. Mantener su maná a raya fue bastante complicado.

"Sin embargo, y en aras de mantener la paz y la justicia en Yurgensmith, le permitiremos usar los medios que crea necesarios para conseguir la información sobre los proveedores de venenos y afrodisíacos que surtían a esta perversa Chaocipher."

Sus ojos se abrieron incrédulos ante sus palabras y una breve sonrisa bailoteo en sus comisuras ante la perspectiva. No mataría ella misma a la indigna asistente, pero podría clamar una parte de su venganza.

"Tiene cinco días. Úselos bajo la guía de Mestionora para volverse Anhaltung y asegurarnos de que Gebordnung sea respetada."

Cuando la Chaocipher que tanto dolor le causó fue condenada y su existencia borrada de modo que fuera incapaz de saludar a la Pareja Suprema en las alturas, con la piedra de nombre entre sus manos apagándose, mostrando el momento exacto de su final, Rozemyne pensó que las cosas solo podrían mejorar y de hecho así fue por un tiempo.

Creció mucho. Mejoró su relación con los nobles y con Ferdinand. Aprendió a respetarse a sí misma. Conoció otro Ducado. Comenzó a apreciarse como la mujer valiosa y proactiva en que se estaba convirtiendo... Consiguió una madre que jamás volvió a dudar en mostrarle aprecio, porque Lady Verónica era en verdad afectuosa y cálida cuando no estaba instruyéndola o llevando su rol como primera dama del Ducado. Incluso estaba divirtiéndose al competir de verdad contra Ferdinand y Sylvester por el asiento de Aub... ¿entonces porque su mundo estaba haciéndose pedazos?

¿Cómo el inicio de su nueva vida, se volvió el final?

Ese año al fin comenzaría los cursos especializados: candidatos a archiduque, erudición y caballería.

Estaba decidida a obtener el mejor en cada uno de ellos.

No era un secreto que todos asumían que ella lo lograría. Ella fue la dama de Ferdinand, el primero en lograrlo y ahora era su prometida, por supuesto, ella lo lograría.

Rozemyne no pudo evitar preguntarse cómo obtener las bendiciones de cada dios pilar, de cada dios subordinado, incluso de la diosa del caos, podía convertirse en una maldición. No tenia una respuesta, pero eso fue lo que paso.

Todo comenzó con la ceremonia de obtención de protección divina.

La profesora Hirschur estaba proyectando una oración familiar, una que sabia de memoria. Su supervisora de dormitorio se acercó a ella tan pronto la herramienta estuvo instalada.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora