Antes de que Rozemyne se fuera y mientras sus primeros baúles eran enviados a los dormitorios de Eisenreich, su padre le pidió que explicara la situación en la que estuvo las últimas tres semanas. Ella no quiso hablar sobre lo que sucedió, dijo que no era el momento, pero que contaría todo después. Algo que nadie apreció, si estaba tan preocupada debía decírnoslo.
Aun así, todos sabíamos lo imposible que era socavarla y después de que quedó en evidencia el alcance total del abuso que sufrió, era claro que jamás lograríamos sacarle la verdad por más que intentáramos.
Aub entonces aprovechó para presentarle a una joven archinoble que sería su asistente a partir de ahora. Florencia Adoltilde Fren. Una mujer de ojos índigo y cabello liso, rubio claro, casi plateado. Poseía una sonrisa tranquila y, al mirarla, daba la impresión de una belleza gentil y refinada.
No lograba recordarla, aunque parecía no haber llegado a la edad adulta hace mucho. Aub Adelbert entonces explicó que ella y su hermano mayor eran los únicos dos sobrevivientes de la familia archiducal de Frenbeltag. Su hermano administraba ahora como gibe lo que una vez fue la capital del ducado perdido.
Lady Verónica alegremente explicó que el hermano mayor de la joven quiso ofrecerla como segunda o tercera esposa para Sylvester, algo que se rechazó.
"Sylvester está actualmente comprometido. La joven es dos años mayor que él. Tendría que casarse primero con ella y luego posponer el matrimonio con Laviana al menos dos años. Así que, para evitar situaciones políticamente peligrosas, Florencia estará sirviendo a Rozemyne hasta que le consigamos un oponente en la línea directa de la casa archiducal... como muestra de que estamos dispuestos a acogerlos en nuestro ducado."
Por alguna razón no pude evitar recordar esa pequeña interacción mientras observaba a Sylvester moverse de forma ansiosa cuando los invitados de Drewanchel comenzaron a llegar.
'Cierto, Sylvester una vez mencionó a una joven de Frenbeltag que le gustaba, y con quien se abstuvo de interactuar debido a que eran partidarios del cuarto príncipe. Lady Laviana se parece un poco a Florencia.'
Lady Lavinia se movía con elegancia que parecía innata en un vestido azul bastante sencillo con bordados de buena calidad que hablaba mucho sobre la búsqueda de la practicidad por sobre la opulencia en Drewanchel. Su cabello rubio contrastando con la capa de su Ducado, acomodado en una cola de caballo refinada con rulos manteniendo su cabello en orden antes de unirse para caer en grandes ondas que le daban volumen, enmarcado con un moño considerable de la misma tela que su vestido.
"Es un placer estar al fin en Eisenreich", dijo la chica que debía cumplir catorce esa temporada, cruzando los brazos sobre el pecho y dando una ligera reverencia, gesto que le devolvimos los miembros presentes de la familia archiducal.
"Es un honor para nosotros recibirla en nuestro humilde Ducado, Lady Lavinia", respondió el Aub en tono cortés.
El silencio que se cernió sobre todos fue interrumpido de manera parcial por el círculo activándose para permitir que el equipaje de la recién llegada, así como el grueso de su séquito, terminara de entrar en el Ducado. Ni diez segundos después, noté que Sylvester trastabillaba al frente, así como la mirada severa de Lady Verónica bajo su velo, la tensión con que Sylvester comenzó a inclinarse y la sonrisa divertida y ligera en los labios de Lady Lavinia conforme se terminaba de arrodillar sin dejar de mirarlo, cruzando los brazos con tanta fluidez que parecía que era Sylvester quien mostraba una actitud de sumisión y no al revés.
"Lord Sylvester, ¿puedo ofrecerle una bendición en este fortuito día auspiciado por los rayos de Leidenshaft?"
"Puedes", respondió Sylvester con la mandíbula algo tensa y la sonrisa noble más falsa que hubiera visto conforme Lady Lavinia ofrecía el saludo de rigor y una luz diminuta y azul salía de su anillo, flotando de modo perezoso hasta mi primo sin dejar de sonreírle.
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El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!
FanficTenia cinco años cuando sus recuerdos volvieron Había sido un importante Cientifico Investigador. Un cientifico loco, como su mejor amigo solía llamarlo. Pero ahora no importaba, había renacido en un mundo cuya civilización y cultura le impedían seg...