ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !

veinte

VEINTE
arcade

    Después de la charla de aquel día, Katsuki se preguntó el qué hubiese pasado si no hubiese chocado con Shiori aquel día. No hubiesen hablado, eso es seguro, pero, ¿hubiesen seguido sin hablarse por cuánto tiempo más? La idea de distanciarse por completo a ambos no les gustaba.

    Un mes había pasado, donde Shudai se había dedicado en aclarar mejor sus sentimientos. Nunca en su vida había tenido que lidiar con un chico como lo es Bakugo, pero no se quejaba en lo absoluto. Si es cierto que él no era una persona sumamente fácil de tratar, pero, a ella no le importaba. No sabía el por qué desde un principio empezó a considerarlo un amigo, pero mientras lo fue conociendo, supo que no era un mal chico, y que él de verdad merecía su confianza.

    Y, en realidad, no siempre era agresivo de esa manera. Habían momentos en los que él se encontraba callado, tranquilo, en los que ella se dedicaba a observarlo con una sonrisa sin decir nada al respecto. Disfrutaba verlo, cuando tenía su semblante calmado se veía realmente lindo, y cuando contenía esas sonrisas que sentía que sólo ella le provocaba sentía una sensación extraña en el estómago.

    Shudai estaba consciente de que cada vez que veía a Katsuki, sus ojos brillaban con intensidad.

    En todo ese tiempo sin saberlo se hicieron mucho más cercanos que antes, aunque los dos sentían una tensión extraña entre ambos. De todas formas no mencionaron nada al respecto, sólo conformándose con las miradas y sonrisas que ambos se dedicaban.

    —¡Bakugo! —llamó la chica en lo que salieron de clases.

    —Te dije que me llamaras por mi nombre, idiota —se quejó el contrario, rodando los ojos—. ¿Qué quieres?

    —Lo siento, todavía no me acostumbro —Shiori se disculpó, rascando su nuca—. ¿Quieres salir conmigo?

    Ante esa pregunta, Katsuki se tensó y su corazón se aceleró. Shiori no entendió esa reacción por parte de él.

    —Papá me dijo que lo más probable es que cuando llegara a casa él estuviese en una reunión, por lo que me dió dinero para salir cuando saliera de clases, ¿quieres salir a algún lado? —explicó con una sonrisa nerviosa—. Cerca de mi casa queda un arcade, ¿cierto?

    Bakugo parpadeó un par de veces. Aclaró su garganta, para después desviar la mirada.

    —Sí.

    —¡Genial! ¿Te gustaría ir? —cuestionó con una gran sonrisa.

    Katsuki le dió una mirada de reojo, para después asentir con la cabeza.

    —Vamos.

    —¡Bien! Te sigo, entonces.

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