ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !

dieciséis

DIECISÉIS
"... can't stop thinking of you"

    La chica rio enternecida cuando acarició a un gatito de la calle y este ronroneó en respuesta, inclinando un poco su cabeza hacia un lado.

    —En verdad te encantan los gatos —su hermano rio, agachándose a su altura—. Bakugo no se ve como una persona amante de los gatos.

    Shiori en cambio frunció el ceño e hizo un puchero.

    —Que mal —susurró ella—. Pero es cierto.

    Acarició un rato más al gato callejero, para después tomar el valor de levantarse y limpiar su falda escolar.

    —Vámonos —le dijo a Shimada—. Tengo sueño.

    Shimada volvió a reír. Aún así, asintió con la cabeza, comenzando así a caminar hacia el hogar de ambos. Había un silencio cómodo entre ambos, y Shudai aprovechó el momento de pensar, reflexionar y analizar su situación actual.

    Suspiró suavemente mientras miraba hacia abajo. Aquel acto no pasó desapercibido por su hermano mayor, que la conocía como la palma de su mano, pero de todas formas no quiso decir nada, dejándola pensar de manera tranquila. Apartó su mirada de la menor cuando la notó sonreír entre pensamientos, haciéndose una idea de lo que estaba pensando.

    Shiori no podía dejar de pensar en su amigo. Se sentía extraña, ya que era la primera vez que se sentía así; aún así, sabía de lo que se trataba aquel sentimiento. Le resultaba raro y agradable al mismo tiempo, y todavía seguía negando que le estaba empezando a gustar Katsuki. Pero, eso en realidad era porque Shudai pensaba que no tenía oportunidad con él.

    Bakugo Katsuki es un chico arrogante, orgulloso, e incluso podía decir que algo narcisista. Pero, también era un chico valiente, decidido, audaz y también muy lindo. Sentía que sus ojos parecían dos rubíes brillantes, y aquella sonrisa que reprimió fue realmente bonita. Pero sólo eran amigos, y Shiori tenía que seguir recordando que desde un inicio Bakugo no quería hacer ese trabajo en parejas con ella, y que incluso le había dicho que no se esforzaba lo suficiente, cosa que en verdad le dolió.

    Pero Katsuki también quiso hacer el otro trabajo en parejas con ella, Katsuki sí la consideraba una amiga a pesar de que él lo negara. Bakugo bromeaba con ella, había aceptado aquella salida en la que Shiori le invitó un ramen picante, y pareció preocuparse con ella cuando le contó respecto a su padre. Vio atentamente aquel diente de león cuando le dijo que era la flor favorita de su madre, sin mirar nada más. Ese día la miró con una expresión suave y tranquila, con la punta de las orejas de un suave color carmín. Bakugo Katsuki había contemplado la luna con ella sin rechistar, aunque la actitud extraña del chico en los últimos momentos le había dejado un sentimiento de duda en el fondo del corazón de Shiori.

    Bakugo tenía cualidades y debilidades, como cualquier otra persona. Y, aunque Shudai se dijera todas las debilidades del chico para no convencerse que se siente atraída por él, su corazón le recuerda todas las cualidades que él posee y las pocas veces que se comportó de una manera distinta, haciéndola sonreír inconscientemente y provocando que su corazón empezara a latir un poquito más rápido.