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DOS cookie
Bakugo
Oi 14:23
Oi 14:30
Estoy camino a tu casa para seguir con el trabajo 14:35
CONTESTA IDIOTA 14:40
¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué ese odio de repente? 14:42
Porque no contestabas, idiota 14:44
¿Qué tanto hacías? 14:45
Mi hermana está cocinando algo para los dos mientras trabajan. 14:46
¿Por qué la tratas así? ¿Te hizo algo malo? visto a las 14:48
—¿Qué ocurre? —Shiori, dándole una rápida mirada al horno mientras se sacudía las manos, se acercó a su hermano—. ¿Qué dijo Bakugo?
—Dijo que venía en camino... Y te estaba insultando... ¿Por qué te trata así? —cuestionó con su ceño fruncido.
—Él es así... Creo. Ay, no sé Shimada, no lo conozco mucho, tal vez le caiga mal —la chica se encogió de hombros—. Además, ¿te tengo que recordar que cuando tenías mi edad me tratabas igual o peor? ¿Por qué te enojas?
—¡Ya, supéralo! —exclamó su hermano mayor algo avergonzado—. Ya he perdido la cuenta de las veces que me disculpé contigo por eso. ¡Pero yo soy tu hermano! Él no... Quiero decir, yo tampoco tengo que tratarte así, pero...
—Creo que entiendo lo que quieres decir —la chica dejó escapar una suave risa, mientras volvía a mirar al horno—. Supongo que ya están...
El tono de notificación del celular de Shiori sonó, y unos segundos después escuchó como tocaban a su puerta.
—Debe ser Bakugo —la adolescente estaba a punto de ir a abrir, pero su hermano la detuvo.
—Tú puedes sacar las galletas si quieres, yo le abro —una sonrisa apareció en el rostro de Shimada, y Shiori le agradeció con una sonrisa.
Cuando Shudai Shimada abrió la puerta, vio al propio Bakugo en persona. Manos en sus bolsillos, ceño fruncido, ceño que se frunció más cuando vió a Shimada en vez de su compañera de trabajo frente a la puerta.
—Debes ser Bakugo, ¿verdad? —Shimada le sonrió, Bakugo sólo lo miró con el ceño fruncido—. Soy su hermano, Shudai Shimada, un gusto. Pasa, pasa, mi hermana todavía está en la cocina, pero ya está a punto de terminar.
