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SEIS it hurts
—Mierda, va a llover —murmuró Bakugo por lo bajo.
—Lo mejor sería adelantarnos —comentó la chica en un tono serio, empezando a caminar rápidamente—. ¡Antes de que nos agarre la lluvia!
Escuchó como Katsuki se quejaba, pero también empezaba a caminar más rápido. La chica sólo rio al notar eso, y él al escuchar su risa frunció el ceño.
Unas pocas gotas comenzaron a caer. Shiori frunció el ceño aumentando más su paso, con Katsuki siguiéndola a su lado. Bakugo miró a la chica de reojo; él odiaba la lluvia, ¿ella también?
Cuando la lluvia se hizo un poco más fuerte, la fémina se quejó. Katsuki la miró con una ceja alzada, y antes de que pudiera preguntar algo, Shudai Shiori alzó su mano por encima de ellos, y toda la lluvia que caía encima se convertía el hielo, haciendo como un paraguas improvisado hecho de hielo.
—¿Qué...? —murmuró Katsuki, ¿era su quirk?
La chica no dijo nada, pero su ceño estaba fruncido, como si estuviera haciendo mucho esfuerzo.
—Odio mojarme —susurró como pudo. Bakugo frunció el ceño cuando vió la mano de la chica que sostenía el hielo temblar—. Quiero llegar cuanto antes.
Shiori prácticamente comenzó a correr, Katsuki hizo lo mismo. Seguía confundido, la fémina no le daba explicaciones de nada, ¿por qué?
En el momento que llegaron a la casa Shudai y la adolescente abrió la puerta, se dejó caer, rompiendo el hielo al impactar contra el suelo. Bakugo cerró la puerta detrás de él para que el agua de la lluvia no entrara, y se quedó de pie a un lado de la chica sin saber que hacer.
—¿Estás...? —el cenizo todavía con el ceño fruncido tuvo que aclarar su garganta para hablar mejor. Le costaba formular la pregunta—. ¿Estás bien?
—Si me mojo mucho me puedo enfermar —explicó. Su mano temblaba un poco menos, y Katsuki definitivamente notó el moretón que se había formado en la muñeca de la chica, ¿fue por el esfuerzo?—. No me gusta enfermarme, porque si me enfermo no puedo...
Dejó la frase hasta ahí. Bakugo con una sola mano la alzó para que se levantara del suelo, y Shudai agradeció por lo bajo.
—Comencemos a trabajar —al parecer Shiori no pensaba darle explicaciones a Bakugo, y él tampoco quiso insistir. De todas formas, eso no quitaba el hecho de que quería saber cuál era su quirk, cómo funcionaba, y porque había actuado así.
Katsuki sin haber dicho nada desde que cayó al suelo se sentó en la sala, mientras la chica se iba a buscar lo que ya tenían adelantado. Cuando llegó de nuevo, se puso manos a la obra, sin siquiera mirar a Bakugo. El chico notó también que había cambiado su suéter.