treinta y cinco

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TREINTA Y CINCOmerry & happy

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TREINTA Y CINCO
merry & happy

    —Uno, dos... ¡Feliz navidad!

    —Ven para acá —murmuró Shiori entre dientes, jalando de la muñeca de Katsuki para que no se fuera.

    —No quiero —contestó en un quejido.

    —Sí quieres —volvió a jalonearlo, pero él no le hizo caso—. Katsuki, tienes que pasar la navidad con tus compañeros, ¿o quieres pasarlo solo en tu habitación?

    —Ahí nadie me molesta —rodó los ojos, zafándose del agarre de la de ojos morados.

    —¿Dices que yo te molesto? —fingió molestarse y puso una expresión triste en su rostro, aunque se sintió mal al notar como el cenizo giraba su mirada y la veía de reojo.

    —Sabes que no —contestó por lo bajo, dándole la espalda.

    —Entonces quédate —le dijo. Lo cierto era que Bakugo sí iba a quedarse, sólo quería ver a Shudai insistirle un poco—. ¿Por favor?

    —Deja de suplicar, fea —se burló el de ojos rubíes, rodando los ojos—. Si quieres te pones de rodillas si tanto vas a suplicarme.

    —¡Deja de burlarte! —exclamó la chica de inmediato, tapándose el rostro con una mano y golpeándole suavemente el hombro con la otra—. Para la próxima te vas solito a tu habitación, ya no quiero estar contigo.

    —Como sea —contestó Katsuki, sin mirarla. Shiori soltó un suspiro.

    —Ponte un gorro —le habló en un susurro.

    —No.

    —¿Entonces un saco?

    —Menos.

    —Katsuki, eres el único vestido así —le dijo entre dientes.

    —Me gusta cuando dices mi nombre —le sonrió ladinamente, acercándose más a ella.

    —Entonces a partir de ahora te llamaré imbécil.

    —¡No me llames imbécil, idiota!

    —¡No me digas idiota, estúpido! —exclamó, y antes de que el cenizo pudiese responder se quitó su gorro para ponérselo a él—. Y no se te ocurra quitártelo. Voy a buscar comida, ¿quieres algo?

    Shudai miró a Bakugo atentamente esperando alguna reacción negativa y se quitara su gorro, cortesía de Momo y que tenía en la punta un átomo en vez de una bola de algodón. Pero en su lugar Katsuki metió sus manos en los bolsillos mirando hacia abajo y guardándose cualquier queja, negando lentamente con la cabeza.

    —Entonces me voy. Por favor, no te vayas —dijo, acariciando su hombro. El cenizo le dio un leve vistazo, para después recostarse en una pared. Con eso le bastó a la chica—. ¡Ochaco, pásame una alita de pollo!

ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora