treinta

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TREINTAidiot

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TREINTA
idiot

    —¡¿Lo hice bien?! —preguntó apenas llegó al suelo.

    —Estuviste bien, Dandelion —contestó Ryukyu. Shiori no pudo evitar emocionarse.

    Había conseguido una residencia en la agencia de la heroína profesional Ryukyu. Había sido un completo logro, aunque cada vez llegaba más cansada a los dormitorios o incluso ni siquiera llegaba ahí. Seguía hablando con Katsuki; el chico seguía haciendo el curso especial para conseguir su licencia provisional y ella hacía patrullas y ayudaba en la agencia a la que había logrado entrar. Pero no sabía que terminaría agotándose física y mentalmente gracias a eso.

    Después del incidente con Overhaul y haber podido rescatar a Eri, terminó en el hospital.

    —¡Shiori, mira como estas! —había exclamado Shimada apenas la vio.

    —Prefiero estar en una camilla a que ver clases de inglés con Present Mic —bromeó, riendo un poco—. Mal chiste.

    —¡No bromees con eso!

    —Yo decido como afrontar mi dolor, Shimada. Estaré bien, no te preocupes, ¡estaré en muy poco tiempo en los dormitorios con mis amigos!

    —Pero hasta te tiembla la voz al hablar...

    —Es la anemia.

    —¡Échale la culpa a la anemia!

    Pero no mentía, y había podido regresar a los dormitorios junto a Izuku, Ochaco, Tsuyu y Eijiro. Bueno, sí mentía sobre la anemia. Y al entrar, se conmovió al notar a todos sus compañeros preocupados por ellos.

    —Coman tarta de chocolate.

    —¡Gracias, Sato! —exclamó Shiori, ignorando las palabras de Kaminari. Le estaban dando una buena bienvenida.

    —¡Ochaco! ¡Tsuyu! ¡Shiori! ¡Me alegro que estén bien! —se les acercó Hagakure. Shudai rio un poco, enternecida.

    Iida comenzó a dar unas palabras, y aprovechando el despiste de los demás, se acercó lentamente a Ashido.

    —¿Y Bakugo? —le cuestionó por lo bajo, después de que la de cabellos rosados le diera un fuerte abrazo.

    —Por ahí —contestó ella, para después sonreír de manera divertida—. ¿Por qué?

    —Sólo quería saber.

    —Coman tarta de chocolate.

    —¡Yo sí quiero probar tu tarta de chocolate, Sato!

    Se divirtió y le causó felicidad el estar de nuevo con sus compañeros. Comió de la tarta de Sato y acarició al conejito de Koda, habló con sus amigas y se sintió de nuevo como en casa. Entonces Bakugo pasó a un lado de ella dándole un leve vistazo, para después irse a su habitación. Shiori supo que esa era una señal para que lo siguiera y tuvieran un momento a solas.

ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora