ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !

treinta y nueve

TREINTA Y NUEVE
quiet

"Al entrar a la UA, yo pude hacer nuevos amigos y tú también. A pesar de eso, para mí sigues siendo mi mejor amiga, y nada ha cambiado. Fuiste la primera amiga que hice después de mucho tiempo y nunca se me olvidará. Aquella vez me dijiste que me querías y yo no te respondí, así que te lo diré ahora. También te quiero, Shiori. Cuida a Kacchan y permite que él también cuide de ti, se tienen el uno a otro y con eso me basta. Tuve que irme, sabes que Shigaraki quiere el One for All. Tú brillas junto a Kacchan, no permitas que tu brillo se apague por esto y también ayuda a Kacchan a brillar. Me siento feliz de tener unos amigos como ustedes, espero verlos pronto y que me recibas con unas sabrosas galletas como los viejos tiempos"

    No supo como reaccionar al leer aquello. No tenía nombre, pero sabía perfectamente que se trataba de Izuku. ¿Los demás también habían recibido una? ¿Katsuki también? Esperó tanto tiempo a que el pecoso despertase, pero cuando lo hizo tomó una decisión que a ella le dejó la garganta seca.

    —¡Es terrible! ¡Había una carta de Midoriya en la puerta! —con ese grito que escuchó en la sala común, supo que no había sido la única en recibir ese papel. Ella quería salir, hablar con sus compañeros, pero sus piernas no podían moverse, simplemente no podía creérselo. Izuku había hecho muchas cosas para llegar hasta donde estaba, ¿se iría de la UA tan rápido? Tenía que estar con ellos para cuando pasaran a segundo año. 

    En abril, Deku dejó la academia de héroes. Y lo que más hizo que le doliera el corazón, era que lo hizo en un mes especial para el cenizo.

    Feliz cumpleaños, Katsuki.

★

    Hay momentos que las palabras no pueden alcanzar. Hay un sufrimiento demasiado terrible para nombrarlo. Recuerdas los momentos pasados, y ahuyentas aquello que no se puede imaginar. Momentos en los que te hundes tanto, que parece más fácil nadar hacia abajo. Deku dejó la UA, y la clase 1-A aprende a vivir con aquello que no se puede imaginar.

    Shiori salía al jardín, y en la noche admiraba la luna. Estaba junto a sus compañeros, todavía los tenía a ellos, pero sin Izuku, los dormitorios se sentían vacíos. Todos lo sentían así.

    En los dormitorios había silencio.

    Todo se sentía solitario. Y por más que se apoyasen, y toda la clase tratase de subirse los ánimos mutuamente, faltaba alguien.

    Si la ves por ahí, caminando sola, hablando sola, tenle piedad. 

    —Nunca vi la luna junto a Izuku —susurró sentada en el jardín, en un hilo de voz. No habían pasado tantos días desde que el pecoso se había ido, pero se le extrañaba. Hacia falta—. Izuku, ¿te gusta la luna? Es brillante.

    Está atravesando aquello que no se puede imaginar.

    Abrazó sus piernas, mirando en dirección a la luna. Sonrió un poco, ignorando el silencio e ignorando la soledad, ignorando que se sentía igual que hace un tiempo, cuando no tenía amigos y no hablaba con su padre. Escuchó vagamente como alguien salía de los dormitorios, pero no le prestó atención. Hasta que esa persona se sentó a su lado.

    —Haremos que vuelva, y tú sonreirás de nuevo —le susurró. Shudai no pudo mirarlo a los ojos—. Y con eso bastaría.

    Ella soltó aire por la nariz, apoyando su cabeza en el hombro contrario. Cerró sus ojos, sintiendo su aroma, y se sintió más calmada. Con él, se sentía calmada.

    —No pretendo saber los desafíos por los que él está pasando, sé que no hay manera de reemplazar lo perdido —sintió la mirada carmesí de él, y se le formó un nudo en la garganta—. Y necesitas espacio.

    Ella por primera vez lo miró, negándole con la cabeza. Le sonrió un poco, y se acercó a él, juntando sus frentes.

    —Estando contigo no necesito espacio —le dijo, en un tono muy bajo. 

    Y es que sabía que si ella se sentía mal, Katsuki se sentía peor. Mucho peor.

    —Déjame quedarme a tu lado —murmuró Bakugo, mirándola a los ojos—. Sé que no te merezco, Shiori.

    Si lo ves por ahí, caminando a su lado, hablando a su lado, tenle piedad.

    —Shiori, ¿te gusta la luna? La luna es brillante.

    Están tratando de hacer lo que no se puede imaginar. 

    Míralos caminar en el jardín cuando ya ha anochecido, mirando la luna.

    —Déjame merecerte —él estaba tratando de superar lo que no se podía imaginar.

    Hay momentos que las palabras no pueden alcanzar. Hay una gracia demasiado poderosa para nombrarla. Queremos ahuyentar lo que no podemos entender. Queremos ahuyentar aquello que no se puede imaginar.

    Están sentados en el jardín. Katsuki al lado de Shiori. Ella toma su mano.

    —Ya me mereces, Katsuki.

    ¿Puedes imaginarlo? Él no podía imaginárselo.

    —Encontraremos a Deku, Shiori.

★

    —Sé que decir esto no arregla nada, pero es lo que pienso, Izuku —Shiori sintió un nudo en la garganta, al escuchar a Katsuki por primera vez llamar al pecoso por su nombre. Bakugo agachó su cabeza—. Lo siento mucho.

    Ella no podía imaginárselo. 

    No supo si lloró por las palabras de Katsuki, o por la expresión atónita y sorprendida de Izuku. Midoriya se merecía esas disculpas más que nadie en ese mundo, y su corazón se alegraba de que por fin Katsuki se hubiese dado cuenta de sus errores, y hubiese tenido la valentía de disculpase. En ese momento, sí se alegraba de saber que Bakugo había cambiado y se lo hubiese demostrado. 

    Sin Izuku, había estado callado. Katsuki la acompañó y dejó que cuidara de ella tal y como el pecoso se lo había pedido en la carta que le dio. Izuku ahora estaba de vuelta, todo podría mejorar, Bakugo había cambiado y ella se sentía muy feliz a su lado. Estaban afrontando lo que no se podía imaginar.

    Katsuki y Shiori no habían perdido su brillo, y en su lugar, también hicieron brillar a Izuku.

    La persona que había sido el detonante de la discusión entre Shiori y él... No, la persona que había causado que Shiori y él volvieran a juntarse, estaba de vuelta en la UA.