ㅤdo i wanna know?ㅤ★ㅤbakugo katsuki !

veintisiete

VEINTISIETE
tension

    A pesar de haber tenido muchos pensamientos antes, sentimientos negativos como lo eran la culpa y la falta de ánimo, después de eso no pudo fijarse en otra cosa que en sus entrenamientos y en las licencias provisionales. Por más que quisiese hablar con Katsuki, por más que quisiera volver a sentir el tacto de sus labios, ahora estaba mucho más concentrada en pasar el examen de las licencias provisionales y en mejorar su particularidad y su resistencia.

    En uno de los momentos en los que estuvo completamente relajada y fuera de la tensión y presión de los entrenamientos, tuvo una ligera conversación con sus amigas que no olvidaría.

    —Trabajamos mucho a diario... —se quejó Ashido, recostándose sobre el hombro de Shiori.

    —No es intensivo por nada, ¿eh?

    —Queda menos de una semana para el examen —señaló Momo, cosa que hizo a la de ojos morados suspirar ruidosamente.

    —Mi cuerpo no da para tanto —ella estiró un poco su cuerpo, soltando otro suspiro—. Espero que todo el esfuerzo valga la pena...

    Las chicas comenzaron a hablar sobre sus movimientos, pero ella sinceramente había dejado de prestar atención. Apoyó su barbilla en la cabeza de Ashido mientras soltaba aire por la nariz. Sentía que justo en ese momento seguir matándose la cabeza con lo de Katsuki sólo sería una pérdida de tiempo y una distracción; el cenizo se estaba esforzando demasiado pensando y creando nuevas técnicas y movimientos, y ella también hacía lo mismo, sólo que sentía que no se esforzaba lo suficiente por tener tantos asuntos en su cabeza que la abrumaban. Incluso llegó a pensar que hubiese sido mejor para ella el no haber ido ese día a la casa de Bakugo, pero seguía sin arrepentirse de haberse dejado besar por él. Ciertamente, lo había disfrutado, tanto que no podía dejar de pensar en ese momento.

    —¡Es amor! —se sobresaltó al escuchar a Mina gritar de esa manera, apartándose de Shiori de repente. Pensó que se lo estaba diciendo a ella por lo que se sonrojó un poco, pero al dirigir su mirada hacia Ochaco y ver lo roja y nerviosa que estaba la castaña, supo que no se trataba de ella.

    —¿Qué? ¿Ardor? ¿Pavor? ¿Clamor? ¡No, no! —negó, ansiosa y alterada. Shiori se quedó callada y no dijo nada, rogando por que las demás chicas no la hubiesen visto sonrojarse por las palabras de Mina. 

    —¿Es Midoriya o Iida? —se atrevió a preguntar la de cabellos rosados. Shudai seguía atenta a la conversación, algo feliz de que su amigo de pecas tuviese a alguien que gustase de él. Se lo merecía, era buen chico.

    —Apuesto a que es Midoriya —sonrió Shiori—. ¿A que sí, Uraraka?

    —¡No, no! —volvió a negar, completamente sonrojada. Tapó su rostro con las manos, activando su propio quirk en ella haciendo que flotara—. ¡No, no, no!