En un pueblo tranquilo, vive Denise, una chica que está harta de su entorno y cotidianidad. Trabaja en una librería reconocida, pero ella desea salir de allí y conocer más allá de su pueblo, alejarse de todas las personas que considera aburridas.
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Este capítulo es el más largo que he escrito hasta ahora, al principio quise dividirlo en dos partes, pero preferí no hacerlo. Espero que lo disfruten tanto como yo he disfrutado en escribirlo. ☺
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Cumpleaños inolvidable
Llegué casi a la misma hora de siempre después de visitar a Icarus, a las 6 pm. Mi madre ya estaba acostumbrada a que llegara a esas horas, su cara de angustia me dice que debe estar sospechando sobre mis tardías llegadas, incluso creo que ya sabe que me ando viendo con un hombre, pero si se lo digo, pensará lo peor de mí.
―Buenas tardes, Denise ―me saludó mi madre, con una sonrisa―. ¿Emocionada por mañana?
Ah, cierto, mi cumpleaños.
―Lo estoy, aunque es sábado, tendré que trabajar de todos modos ―le dije en un suspiro.
―No importa, cuando salgas de tu trabajo, ven a la casa, invitaré a tus hermanos, tíos y primos, si quieres invita a Natalia a venir.
No detesto a mis tíos y primos, pero admito que mis primas son muy metiches cuando se trata de mi vida, son mucho peor que la tía Marta, incluso mucho más escandalosas, si Natalia se harta de mí cuando hablo de hombres, ellas son mucho peor que yo, aunque siempre se comportan como niñas buenas y cándidas.
―Bien. ―Aunque es una lástima, quiero ver a Icarus mañana.
Serví agua en uno de los vasos de cristal y empiezo a beberla poco a poco por su fría temperatura, no sé si mi cara fue muy evidente, pero mi madre me dice:
―En cuanto al amigo que ves...
Casi me ahogo con el agua, toso, me golpeo el pecho e intento retomar la compostura, mi madre me mira con atención.
―¿De qué hablas, mamá?
―De tu amigo, el que has estado viendo hace meses, obviamente no es el delincuente ese con el que salías, él llegó no hace mucho al pueblo. ―Abre un cajón y guarda una olla―. Puedes invitarlo si quieres.
