13

5.1K 362 73
                                        



Momento agradable con chocolate caliente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Momento agradable con chocolate caliente


Hoy es martes, fui a trabajar como siempre, un día normal como era de esperarse, lo bueno del asunto, fue que esta vez no fui interrumpida por Axel cuando me propuse a visitar a Icarus, tengo que pedir su número, aunque no lo creí necesario, ya que suelo verlo casi todos los días.

Me aseguré de que mis zapatos fueran aptos para subir la colina, a veces empacaba otros. Subí por la colina con la bicicleta en la mano, la tierra está un poco húmeda, ya que llovió anoche. Icarus me dijo una vez que, es difícil trabajar en climas tempestuosos para él, muchas veces no lo hacía, ya que podría terminar en un accidente, ya de por sí, el trabajo de leñador es peligroso, no es para cualquier persona y eso me lo ha demostrado.

Encuentro a Icarus cortando leña con el hacha, tiene la máscara puesta, lo cual, me indica que ya estaba esperando por mi llegada. Me parece fascinante ver cómo sostiene el hacha y destruye un buen pedazo de tronco por la mitad de a uno o dos golpes; deja escapar un suspiro fuerte y ronco que mueve un poco su máscara, debe ser incómoda de usar a la hora de trabajar.

Él levantó la mirada y hace un gesto de saludo con su mano enguantada.

―Buenas tardes, Denise.

―Hola, Icarus. Ayer no vine.

―Sí, de eso me di cuenta ―dice en un tono irónico.

―Iba a venir, pero me frenaron. Resulta ser que hace dos días regresó Axel al pueblo y ayer me secuestró para que le diera un recorrido por el lugar.

Se queda callado por unos segundos, hasta que pregunta en un tono un poco serio:

―¿Quién es Axel?

―Fue mi novio hace tres años ―le respondo.

―¿El que robaba gallinas?

―¿Lo conoces? ―Arqueo ambas cejas.

―No, pero tu hermano me habló de él una vez, se notaba desagradado cuando lo mencionaba.

«Genial, ahora mi hermano mayor le cuenta la vida de toda su familia a Icarus, ya debe saber de hasta lo que comemos.»

―Debes ser de mucha confianza como para que mi hermano te cuente tantas cosas sobre mí. ―Me cruzo de brazos.

Hmm, no sé, me pasa seguido, muchos de mis clientes o socios me hablan de muchas cosas, sobre todo de sus hijas o hermanas. ―Se encoge de hombros―. Así que ya estoy acostumbrado.

Arqueo una ceja, pero intento no pensar mucho en lo que acaba de decir, de seguro que mucha gente siente la necesidad de contarle de todo, como suelo hacer.

El rostro de IcarusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora