Capítulo 37

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-Capítulo 37-

Alice:

Desperté después de dormir un poco más de lo usual, era fin de semana, así que no había problema con ello.

Después de no haber revisado mi celular desde el día de ayer, pude ver 2 mensajes, el primero era de Marco enviándome la dirección en donde sería su partido, ayer había vuelto a invitarme, era justamente hoy por la tarde.

El segundo mensaje que había era de Evan, el leer su nombre en la pantalla me puso nerviosa al instante, sentí el vacío en mi estómago, y un dolor en el pecho, tenía una mala sensación.

Evan: ¿puedo ir a verte mañana, necesito que hablemos?

Teniendo en cuenta que estaría ocupada durante la mañana, haciendo mis deberes y alistándome para ir al partido de Marco, solo tendría libre la noche.

Alice: si, esta bien, podría ser a las 7 de la noche

Me quede mirando mi celular por un rato, esperando que Evan respondiera, sin embargo no lo hizo, así que comencé a hacer mis cosas. Desayune, hice un par de tareas, tome un baño, y me aliste para ir al juego de Marco.

Quise vestirme acorde a la ocasión, así que me coloqué unos shorts de jean, unos tenis, una playera del color del equipo de marco, que era roja, y para finalizar una chaqueta de cuero.

Me sentía un poco sola, estaba tan acostumbrada a la compañía de Evan, a hablar todo el tiempo, estar juntos todo el día, y de pronto nos alejamos, incluso me trataba terrible.

¿Que había hecho mal?

¿Era por Marco? ¿Era por mi? O quizás el ya no sentía cariño hacia mi, quizás y estaba interesado en alguien más, ¿Quien era Cassie? ¿Porque lo había llamado? No entendía nada.

De pronto mi celular comenzó a sonar, era una llamada de Marco.

Marco: hola Alice
Alice: hola Marco
Marco: te llamaba porque quería saber si querías que te llevara al partido, aunque llegarías algo temprano porque yo debo estar temprano en la cancha
Alice: no te preocupes Marco, puedo ir sola, te aviso cuando esté ahí, ¿vale?
Marco: increíble, ahí te veo pétalo
Alice: seguro te ira increíble, suerte
Marco: claro que tendré suerte si te tendré ahí, preciosa

Y colgó la llamada. Inevitablemente me hizo sonreír.

No quería pensar en el resto de cosas que le apetecían a mi cabeza, era doloroso pensar en Evan. Así que decidí ponerme a leer un libro, aquello me encantaba porque me sumergía en historias diferentes a la mía.

Había puesto una alarma para no llegar tarde al partido de Marco, así que 30 minutos antes de que comenzara salí de mi casa para dirigirme al lugar en donde sería el juego. Al llegar busque a Marco con la mirada, sin embargo no lo encontré, así que me senté en las gradas, seguro Marco aún seguía en los vestidores. Aún así le mande un mensaje de que ya había llegado.

No tardó en salir a la cancha, ya estaba comenzando el juego, no sabía mucho de basquetbol pero gracias a él había aprendido un poco. Su nuevo equipo era realmente bueno, antes simplemente jugaba en el equipo de la escuela, pero ahora este era más profesional, me daba gusto como se iba superando así mismo, realmente era muy bueno. Incluso a mi alrededor había mucha gente que apoyaba al equipo de Marco, y no solo a su equipo, si no a él también, había varios grupos de chicas con carteles con su nombre.

Verlo tener fans no me sorprendía, además de que jugaba bastante bien era sumamente guapo, era inevitable que a las chicas les gustara, aquella idea me hizo sentir cierto malestar en el estómago por alguna extraña razón. Faltaba poco para que acabara el partido, y el equipo de Marco solo necesitaba encestar una sola vez para poder ganar. Y desde en medio de la cancha vi como Marco llevaba la pelota sin problemas, dirigiéndose a la canasta, sin embargo los jugadores del equipo opuesto no dudaron en acercarse a él rápidamente y luchar por quitarle el balón, sin embargo ninguno lo consiguió y de manera sorprendente Marcó dio un gran lanzamiento, pasando la pelota justo por el centro del aro de la canasta, sin siquiera tocarlo.

Para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora