Capítulo 55

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-Capítulo 55-

Marco:

Seguía buscando los detalles que le daría a Alice para el día de la galería de arte. Además de una cena pensaba hacerle un kit de pintura, como el primero que le regalé, pero versión profesional. Aquel regalo me daba ilusión dárselo antes de la galería, quizás si pintaba algo más antes del gran día, aquella obra de arte también podría ser parte de la galería.

Alice es una mujer talentosa, y carismática. Me moría por verla cumplir sus sueños, yo sabía que sería una gran pintora y sería realmente buena en lo que sea que se propusiese.

Aún recuerdo cómo conseguí que aquella pintora famosa viera sus obras. Realmente fue todo un desafío. Uno del que Alice jamás se enterara.

Todo inició con el profesor de artes de mi colegio, dando comunicado para toda la escuela en donde le daba la oportunidad a cualquier alumno (realmente era para sus mejores alumnos. No. Ni siquiera eso. Era para sus alumnos favoritos). A pasarle el contacto de una íntima amiga suya, que casualmente era la pintora más exitosa del momento, la cual tendría una galería ideal para nuevos artistas.

Ingenuamente corrí con el profesor Leonel para solicitar aquel contacto, sabría que Alice estaría en esa galería suya. Lo supe desde el primer segundo.

Sin embargo me cerró la puerta en la cara, creyó que el contacto era para mí, y soltó una carcajada enorme. Dijo que yo era un deportista y que seguramente mi sentido artístico estaba más muerto que su suerte en el amor.

Y que ofensivo fue, claro, yo era deportista pero también me gustaba pintar, y no lo hacía taaaaaaaan pero taaaan horrible.

Aún así no podrías llegarle ni a los talones a Alice.

Oh claro que no, nadie podría llegarle a los talones a Alice nunca.

Por más que le rogué e intente explicarle que el contacto no era para mí si no para....

¿Mi exnovia? No, suena terrible.

¿La chica que amo? No, muy cursi.

Mi amiga.

Casi parece peor.

No, es brillante aún así.

Después de explicarle que era para una amiga muy especial y que creyera que lo estaba tomando del pelo.

Gracioso, aún más porque el tipo es calvo.

Que mal chiste.

Bueno, el punto es que después de suplicar y que no me creyera ni una sola palabra, acepto pasarme el contacto de la pintora con la condición de que limpiara todos sus pinceles, lavara sus trapos y ordenara su estudio privado de arte.

Creí que no sería tan difícil.

Oh gran error.

Estuve una semana entera quedándome hasta la madrugada en su estudio para ordenarlo. La verdad era un completo desastre, y sus pinceles eran más de 100, por lo que limpiarlos también fue un reto, y aquellos trapos, que eran al menos unos 15, estaban llenos de pintura y tintas que no se quitaban ni aunque los tallara durante una hora cada uno. Fue un trabajo arduo, pero al menos mis manos olían a jabón intenso. Y bueno...la mejor parte.

Conseguí el contacto de la pintora. En segundos acepto a Alice en la galería, solo necesito ver una de sus obras para quedar fascinada, el resto las vio por puro placer. Estaba tan contenta que incluso se las mostró a Leonel. Y hasta el se quedó impresionado, me dijo que si se las hubiera enseñado desde el inicio, no había tardado ni dos segundos en pasarme su contacto.

Claro, mientras tanto ya había limpiado y ordenado todas las cosas de su estudio.

Pero valió la pena!!!

Al fin alguien importante reconocía el talento de Alice y le daba la oportunidad de que las personas apreciaran su arte.

Nunca estuve más feliz y orgulloso de ella, y fue aún mejor cuando se enteró de la noticia.

Estaba tan emocionada, ese día ella me dio mil años de vida.

Así que si, esta vez estaba de nuevo en el centro comercial buscando los materiales perfectos para Alice.

Había pedido ayuda de varias personas, mi fiel amigo internet, el maestro Leonel, y Clarissa, la gran pintora.

Además había puesto un poco de mi cosecha también, le había comprado flores, tanto naturales como artificiales, y había estado compilando frases que encontraba por libros o internet que hablaran del arte. Era importante para mí que en aquel kit pudiera dejar una pequeña huella de lo que sentía por ella.

Realmente la extrañaba, seguía sin hablar o verla muy seguido, bueno, solo habían pasado 2 días desde el karaoke, pero estaba acostumbrado a hablar con Alice.

Pero no, quería darle su espacio, tenía un sentimiento muy extraño dentro de mi.

Algo malo le había sucedido a Alice, no sabía que era, no tenía idea de nada, pero algo dentro de mi lo sabía. Por eso había necesitado su tiempo a solas, y de pronto volvió a la vida, proponiendo una salida con sus amigas y con nosotros.

Bastante precipitado y extraño. Alice no suele hacer ese tipo de planes, le gustan las cosas más tranquilas. Y para que al haber llegado tan rápido como pudimos y que aún así Alice ya estuviera subida de copas, era preocupante.

No me mal entiendan, no tiene nada de malo que beba ni que se divierta con sus amigas. Pero si después de que desaparece durante un tiempo y la primera vez que la veo es ebria y además ella me confirma que no se ha sentido bien últimamente. Es muy obvio que algo anda mal.

Quería acercarme aún más a ella, quería cuidarla. Pero hay una línea muy fina entre protegerla demasiado, asegurarme de que esté en perfectas condiciones, y sobre protegerla a un punto negativo.

Y jamás volveré a repetir el mismo error. Así que si, intentaré ser más cuidadoso y cuidarla más.

Para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora