Capítulo 61

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-Capítulo 61-

Alice:

Marco había conseguido armar una pijamada en menos de 30 minutos.

Teníamos comida china que había ido corriendo a buscar mientras yo me ponía alguna de las pijamas que encontré en el cuarto de Marco.

Me había ofrecido a acompañarlo, y por supuesto se negó. Sin embargo cuando llegó estaba repleto de cosas, había traído refrescos, snacks y dulces además de la comida china.

-Wow.-susurré mientras lo miraba, estaba agitado, supongo que por correr. Tenía el cabello despeinado y para mí se veía perfecto.

-La comida china se enfriara, empieza a comer Alice, yo iré a cambiarme al baño.-sonrió mientras colocaba todo lo que había traído en la cama.

Había conseguido contactarme con las chicas. Valery y Mía me dijeron que incluso ya estaban a punto de dormir. No hubiera podido perdonarme que las castigasen o lo que sea que estuviera relacionado con la policía.

Comencé a desempacar la comida, a comerme algunas de las golosinas que trajo Marco.

-¿Quieres ver cenicienta?-preguntó Marco al entrar a la habitación. Ya se había colocado la pijama...lo había visto cientos de veces con aquella pijama, con otras prendas o sin ellas y aún me quitaba el aliento cada vez que lo miraba.-¿Disfrutas la vista?-soltó una risita.

Mis mejillas enrojecieron de inmediato. No importaba la confianza ni los años que estuvimos juntos, seguía avergonzándome que me atrapará mirándolo.

-No, no...-dije nerviosa.-Linda pijama.

Marco me hizo una mueca, incrédulo.

-Alice, me has visto con esta pijama mil veces.- sonrió mientras se sentaba del lado derecho de la cama. Abrió un refresco y comenzó a beberlo.

-¿Dijiste cenicienta?-pregunte intentando retomar su pregunta inicial.

-Si.-abrió uno de los paquetes de comida y sacó de ellos unos rollitos primavera.-Tu película favorita de princesas, ¿no?

-¿Aún te acuerdas?-pregunte con una sonrisa en el rostro.

-Preciosa, me obligaste a verla al menos 10 veces.-puso los ojos en blanco y soltó una risita.

-Yo diría que te hice un favor.-reí en mi defensa.

-Te compré rollitos primavera, pétalo.-me acercó uno a la boca y la abrí de inmediato para darle un mordisco, eran mis favoritos.-¿Puedes poner la película, preciosa? olvide traer servilletas.

Busque la película en la televisión de Marco mientras el volvía, acompañado de servilletas.

Cenamos y debatimos como cada vez que veíamos "Cenicienta" sobre la madrastra y sus hermanastras. Ah y por supuesto, la pregunta que más nos atormentaba...porque el hada madrina no le dio a Cenicienta más tiempo, pasada la media noche. Era un debate ridículo y que ya era parte de la rutina de ver esta película.

Terminamos de cenar, Marco llevo todos los platos a la cocina y mientras tanto yo me acomodé en su cama. Al llegar, ambos pudimos acurrucarnos y seguir mirando la película.

Sentía paz a su lado, ni siquiera era consciente de que el tiempo pasaba junto a él, era tan sencillo dormir a su lado por eso. Sus latidos se sincronizaban con los míos y me relajaba como nada podía hacerlo.

E irónicamente deje de sentir paz al quedarme dormida.

Era de noche.

Sentía un frío helado, estaba temblando, quizás por aquella temperatura, o por algo más.

Para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora