-Capítulo 60-
Marco:
Escuchaba mi corazón reventando mis oídos. Sentía el frío de la noche en todo el cuerpo.
Y delante de mi estaba la chica a la que le estaba ocultando el pequeño detalle de que su ex novio loco nos estaba persiguiendo.
Alice corría delante de mí, comenzó a correr desde antes, sin rumbo fijo. Aunque la situación era terrible, se veía preciosa corriendo, sus rizos saltaban y sus pies estaban descalzos.
Corrí aumentando mi propia velocidad y logré alcanzarla, tome su mano y seguimos corriendo. Ella no paró...sabía que yo la había tomado de la mano.
Giramos hacia la izquierda, en donde se encontraban un par de casas, cualquiera que estuviera detrás de nosotros nos habría perdido de vista. Pero para nuestra suerte nadie nos seguía. No pude escuchar sus pasos detrás de nosotros, y tenia una fe ciega en mis amigos.
Jamás dejarían que Evan nos siguiera.
Al girar, conseguí detener a Alice. Tenía el cabello despeinado y la respiración agitada.
Es preciosa.
Y lo piensas en el momento menos oportuno. Bravo.
-Marco, ¿qué ha pasado?-la obscuridad de la noche me impedía verla del todo bien, pero sabía que estaba preocupada.
-Los policías venían por nosotros, estaban revisando a todos los de la fiesta, no podía dejar que nos metiéramos en problemas.-mentí de inmediato. No sabía si aquella excusa sería suficiente para calmarla o para que me creyera, pero intentaría convencer a cualquier persona de que mintiera para que Alice no se enterara de la verdadera razón por la que escapamos.
-¿Y los demás? ¿Y las chicas? ¿Mía y Valery están bien?- Alice me miró y malinterpretó mi silencio.-Marco, sabes que confío plenamente en ti, pero si Mia o Valery se meten en problemas jamás me lo perdonaré.
-Pétalo, tranquila, ellas también se fueron, me aseguré de que todos se fueran antes de seguirte, preciosa.-mentí. Mentí descaradamente. Nunca había sido de decir mentiras, mucho menos a Alice. Y con cada mentira me quemaba la lengua, pero no podía arriesgar esto, por nada del mundo. No podía arriesgarla a ella. A su tranquilidad.
-Esta bien.-aún respiraba agitada.
Yo comencé a quitarme los tenis y me arrodillé frente a Alice y tome su pie, sacudí la tierra que había en el por todo el camino recorrido.
-¿Qué haces?-me pregunto.
-Sujétate de mi.-tome su mano y la coloque en mi hombro.
Le coloqué mis tenis, definitivamente le quedaban mucho más grandes, pero no podía permitir que caminara descalza ni un segundo más.
-Marco está bien, no es necesario.-intento decir.
-No está bien, no puedes estar descalza, pétalo.-tome su mano y seguimos caminando, ahora yo estaba descalzo, pero al menos Alice ya no. La calle a nuestro al rededor estaba en completo silencio, y de igual manera mi intuición no decía nada malo, y confiaba plenamente en aquello.
-¿Veremos a los chicos?-me pregunto.
Mierda.
No podía llevarla a su casa, si Evan no terminaba en la comisaría, la casa de Alice sería el primer lugar al que iría. Tampoco podía confiar en que durmiera con las chicas, de cualquier forma no me sentiría seguro si yo no estaba ahí para ella.
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Para ti.
Genç KurguAlice ha tenido terribles experiencias en el amor, enamorándose de Daniel Anderson, el mejor amigo de Evan Peters, pero todo cambia cuando Evan y Alice revuelven sus sentimientos de amistad y comienzan a sentir algo más que eso. Ambos tendrán que c...