Para ti.

Capitulo 42

-Capítulo 42-

Alice:

Entré junto con Evan, pensé en sugerirle que habláramos en algún salón vacío, pero sabía que eso podría ponerme en riesgo si es que Evan se molestaba, así que optamos por ir a un rincón, junto a la biblioteca.

-¿Que te pasa Evan?

-¿Que te pasa a ti, Alice?-espeto molesto.-Te deje hace poco y no tardaste en meterte con Marco.

-¿Me estas jodiendo?-aquella pregunta lo descoloco un poco, lo tomo por sorpresa.-Vienes tú a reclamarme a mi, ¿cuando tú ya tienes novia?

-Las cosas con Cassie son diferentes.-me miro avergonzado.

-Mira Evan, no me interesa como sean las cosas entre tú y ella, me terminaste, y me trataste fatal, así que ya no somos ni novios ni amigos ni absolutamente nada, deja de meterte en mi vida y juzgarme por todo lo que hago.-le dije molesta.

-Pero las cosas pueden cambiar, podemos seguir hablando, o quizás llegar a algo más.

-No puedo creer la persona que eres ahora.-le dije decepcionada.-Estas con Cassie, y esa fue tu decisión, y si a mi no me respetaste durante la relación, hazlo con ella.-creí que la conversación había llegado a su fin, así que me di la media vuelta para salir de ahí.

-No te quiero perder.-escuche la voz lastimera de Evan tras de mi.

Me giré para pronunciar aquella frase que sin duda importaba para mi. Acercándome un poco hacia el.

-Me perdiste en el momento en el que tomaste la decisión consciente de lastimarme.

Y la mirada de Evan se obscureció, cualquier rastro de lastima quedó atrás.

-Marco también te lastimo y te veo muy feliz a su lado.-oh no, ya quería usar esa carta.

-No tengo porque darte explicaciones Evan, adios.

-Claro, no me dirás nada porque morías de ganas de que yo te dejara para que así pudieras volver con ese idiota.-después de eso sentí el calor de la palma de mi mano.-Seguro estaban juntos mientras aún éramos novios, eres patética.

Madre mía.

Le había dado una bofetada.

Y no me arrepentía del todo.

Pude ver el rostro de sorpresa en Evan, apenas se había tocado la mejilla.

-No intentes culparme de tus acciones, yo siempre te respete mientras estaba contigo, y lo sabes. Marco y yo solo somos amigos, y si tan preocupado estás por saber si sigue siendo un imbecil, te voy avisando que ya no lo es, y deja de preocuparte por las acciones de los demás, porque el único que se está comportando como imbecil eres tú.-y con toda la valentía del mundo, tomé fuertemente el vaso de chocolate que aún había en mi otra mano y me dirigí hacia donde estaba Marco. Sabía que no se iría hasta saber que estaba bien.

Aún estaba afuera de su auto, parecía preocupado, al verme pude notar alivio en su mirada.

Me acerqué hacia el con una sonrisa, no era del todo sincera, realmente me sentía muy extraña, todo mi interior peleaba consigo mismo para saber que ocurría con Evan.

-¿Todo está bien?-pregunto de inmediato.

-Claro que si, no tenías nada de que preocuparte.-sonreí.

-No creo que sea buena idea que estes a solas con Evan, parece que pierde el control con facilidad.-me quede helada de inmediato. Nunca lo había pensado, pero ¿era verdad? las personas normales no solían pelearse a golpes, o al menos no aquellas que sabían controlarse, quizás toda la rabia que sentí hoy que hizo que le diera una bofetada a Evan fue la misma que el sintió muchas veces antes.-¿Acaso miento?-pregunto Marco con una pequeña sonrisita al ver que yo no respondía.