Eres tu [DestructiveDeath]

70

Luego de... Todo lo que hicieron, Reaper llevó a Error a su universo. Por fin pudo pasar, no había ninguna barrera, nada que lo detuviera. 

Llegaron a su templo, pero eso no era lo importante según dijo Reaper. Le encaminó hacia los jardines, el jardín de Geno quedaba a la izquierda, pero ahora iban hacia la derecha a un jardín que podía ver era nuevo. La puerta de oro brillaba acompañada de sus diferentes diamantes incrustados, ¿qué era esto? Era demasiado llamativo. 

Entraron y, lo primero que pudo ver Error, fueron esas rosas de colores tan curiosos, rosas amarillas, azules y negras, así como alguna que otra rosa roja, todos esos colores eran los que representaban a Error, ¿no es así? Había una fuente en medio de todo, su agua clara y limpia tenía algunas flores y pétalos, dándole una imagen preciosa. Todo era tan hermoso.

Se quedó viendo las rosas, no se podía creer todo, ¿y era para él? Por supuesto que lo era, Reaper lo hizo, obvio no solo, él nunca podría crear flores tan bellas como estas, sólo podría marchitarlas, pero... Todo era hermoso, y había sido hecho para él.

—Tori me ayudó demasiado, de hecho entre ella, Paps, mi padre y yo hicimos todo para ti... Es... Una costumbre entre los dioses regalar un jardín en el primer aniversario con tu pareja y, bueno, yo no quería romper esa costumbre... Todo ésto se hizo para ti, pensando en ti, y con todo el amor que siento por ti... —siguió caminando hasta que dio media vuelta, estirando su mano hacia su amado. —Pero esto no es todo.

Error volteó a verlo, dudando un poco... Pero al final, aceptó. Tomó su mano, pero éste le jaló con un poco de fuerza, haciendo que casi cayera. ¡Y Reaper sólo se rio! 

—¡Idiota, espera! —frunció el ceño, pero no podía dejar de ver esa bonita sonrisa en el rostro de Reaper que tanto... Tanto había extrañado. 

Su voz, sus lindas palabras de amor, sus abrazos, sus besos... Todo lo había extrañado.

Ambos siguieron caminando un poco hasta que llegaron a la orilla de aquel lago frente a ellos, en el cual, en medio del lago estaba un precioso gazebo de marmol blanco, su estructura era tan elegante, aunque podía notar en medio de todo algo que desentonaba, un sillón puff, ¿no era así? Reaper sabía cuanto le gustaba estar acostado en uno de estos que había traído uno aquí...

—¿Y bien? —volteó a verlo Reaper, viendo que Error estaba tan ruborizado, cubriendo parte de su rostro con su bufanda.

—Es... Hermoso.

—Lo sé, lo hice sólo para ti... Vamos, que es mejor estar acostados que aquí parados~

Y ambos lo hicieron, caminaron por las piedras que estaban puestas para poder llegar al gazebo, ambos se acostaron juntos, viendo el paisaje tan hermoso, tan perfecto...

—Gracias, Reaper... Realmente lo amé todo —sonreía con ternura, el dios podía derretirse de amor en cualquier momento, pero sólo hizo lo que más deseaba en ése momento. Lo besó, tierna y amorosamente para después juntar sus cráneos con cuidado. —Te amo...

—Y yo a ti, mi precioso Error.

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